Ahora que tanto se habla del fallo o los fallos encontrados en el expediente del caso Odebrecht, al extremo que uno de los imputados señala tener la esperanza de que se les tenga que pedir perdón a todos, se recuerdan las palabras del mismo Procurador General de la República, cuando sostuvo que “no hay mejor amigo de la corrupción e impunidad, que un expediente mal elaborado”.
Ahora que se conoce de la contratación de asesores expertos para la elaboración de ese expediente no se dice, si la persona indicada recibió y validó ese contenido.
El caso es, que hay fallos. De no corregirse, el juicio de fondo será otro gran circo semejante a otros que hemos tenido en nuestra dilatada vida republicana.
Los fallos, que en este caso son despistes, inexactitudes o deslices, son importantes verlos a tiempo, estudiarlos y corregirlos para tener buenos resultados como espera la magistrada Miriam Germán Brito.
Los fallos mecánicos a veces llegan con señales que tenemos necesariamente que ponerles atención. Olor a quemado, sonidos anormales, brincos, lentitud en el encendido, en marcha y se apaga todo, son fallos o alteraciones en el normal desenvolvimiento del vehículo, que tenemos que revisar con el experto mecánico.
Lo mismo ocurre con los fallos en nuestra salud. Algunos, nos brindan señales. Dolor de cabeza, no podemos mover ciertas partes del cuerpo, no coordinamos las ideas, se va momentáneamente el habla…fallos que obligatoriamente nos llevan a una consulta.
¿Conoce usted un ser humano que no haya cometido errores? ¿Fallos? Se dice que ellos también son buenos maestros, con todo y el dolor que a veces dejan.
Desconocemos si son errores entretenedores…pero sepan los Ministros,Vice ministros, Senadores, Diputados, Alcaldes, Consejales y hasta elmismo Presidente de la República, que buena parte de la sociedad está muy atenta.
No necesariamente tenemos que vivirlos en carne propia. Todo cuanto ocurre y de lo que tenemos conciencia, son espejos en los que podemos vernos reflejados.
No siempre, pero nos tornamos expertos al usar microscopio de ser posible, para descubrir fallos ajenos y olvidar que cargamos un fardo de errores cometidos en el andar de nuestra existencia.
Los que estamos en programas de televisión o radio, quienes hacemos uso de estas redes, graduados o no, con muchos años o pocos de experiencia, sepamos que también muchos andan detrás de nuestros errores, de nuestros fallos. ¿A la caza de ellos? No, de nosotros.