Para la provincia de Puerto Plata estos son momentos de grandes expectativas y renovadas esperanzas, ante las oportunidades que tenemos por delante y que, si las sabemos aprovechar, producirán el tan anhelado y luchado encuentro con la reactivación económica y el desarrollo social.
Frente a este panorama, cada ciudadano de Puerto Plata, habitante o no en nuestro territorio, debe preguntarse: ¿Cuál es mi aporte para que lo logremos?, y es que, por más modesta que sea la condición de cada uno, siempre habrá algo que, si quisiera, podrá hacer, comenzando con ser canalizador de soluciones y nunca estorbo.
Los principales órganos del Estado Dominicano y las organizaciones representativas del sector empresarial, han estado trabajando de manera conjunta en la realización y ejecución de un plan que nos permita estar preparados para el re-inicio de la Industria de Cruceros, y con ello el repunte definitivo de la economía de la provincia; pero el éxito de estos esfuerzos solo será posible si cada ciudadano reconoce que es sujeto no solo de derechos, sino también de deberes.
Este es un momento de asumir compromisos sociales, entre los que destacamos el sometimiento a las disposiciones legales que reglamentan el tránsito vehicular, usos de áreas públicas y a las autoridades establecidas para hacerlas respetar, en este caso la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (CESTUR) y Policía Municipal.
En tal sentido, hacemos un llamado a la reflexión a cada ciudadano y de manera especial a aquellos que se consideran con mayores derechos que el resto de la sociedad. Todo aquel que no respeta ni guarda la debida consideración a las instituciones creadas por el grupo social al que pertenece es indigno de respeto y consideración.
La manera desconsiderada e irrespetuosa a la vida y al orden con que la mayoría de los ciudadanos se han estado comportando, expresada en la conducción temeraria, violando las luces de los semáforos, obstruyendo las vías públicas, conduciendo sin la documentación y permisos requeridos y un largo etcétera, demanda que todos nos involucremos en producir una solución: Los ciudadanos, decidiendo reconocer y cumplir sus obligaciones (que no son opciones) y las autoridades, disponiendo el endurecimiento de las medidas hacia el cumplimiento, dentro de un clima de respeto a los derechos humanos (pero sin liberalidades ni favoritismos).
Es tiempo de Puerto Plata, si los Puertoplateños decidimos asumirlo como el tiempo del cumplimiento de los deberes ciudadanos.
Comunicado Cámara de Comercio y Producción de Puerto Plata