Por Manuel Gilbert

PUERTO PLATA.-“El turismo, en su sentido lato y genérico, puede hacer más para incrementar la comprensión entre los pueblos, crear empleos. obtener divisas y elevar el nivel de vida, que cualquier otra fuerza conocida”.
“En el medio económico y político actual, una industria, o mejor dicho un segmento en la economía, se desplaza hacia el frente como la más grande oportunidad para un intercambio económico, cultural y político”.
Así lo afirman Charles Káiser Jr. y Larry E. Herber en el Prefacio de su magistral obra “Turismo, Planeación y Desarrollo”, fechado en Los Ángeles, California, 25 de julio del año 1977.
Káiser Jr. y Herber señalan que “en contraste con la industria petrolera basada en combustible fósiles, el turismo no depende de una fuente decreciente. Por el contrario, es preciso que el turismo, para prosperar, mejore el ambiente y mantenga el equilibrio ecológico”.

Advierten que “el crimen y la pobreza ahuyentan el turismo, así como las vías fluviales contaminadas, las playas sucias, y los otros daños en las atracciones naturales hechos por el hombre”.

Expresan que “existe un potencial ilimitado para el desarrollo del turismo. Sin embargo, si se concibe y se ejecuta en forma equivocada no solo será desastroso desde el punto de vista económico, sino también será un obstáculo para la realización completa de una mejor comprensión entre los diversos pueblos del mundo, uno de los productos secundarios, pero vitales del crecimiento del turismo”.
Hasta qué punto el no cumplimiento de las recomendaciones de Charles Kaiser Jr. y de Larry E. Herber contribuyó al descalabro del destino turístico de Puerto Plata en el segmento aéreo. Cabe preguntar si las tareas que no cumplimos o ejecutamos mal pueden ser rectificadas, quiénes deben realizar esa tarea y cómo?