Ramiro Francisco
Febrero, es el Mes de la Patria. También, es el mes del carnaval. De las caretas. Del Roba la Gallina, del Macundi-macundi, de los Tiznaos, de los diablos cojuelos, Taimáscaros y otras tribus. Por igual, de los Papeluses, de la Muerte, de Bartola y sus muchachos, muchos otros protagonistas y Febrero del 2020 será escenario de las elecciones municipales.
¡Tenía que ser Febrero! ¡Qué bueno que es Febrero! En menos de cien días, muchos de nuestros “aventajados políticos” pondrán en marcha sus habilidades, conocimientos, experiencias y destrezas para el camuflaje y con caretas o sin ellas, serán actores de primera línea en reuniones, firma de pactos o alianzas, caminatas, caravanas y repartideras –en su afán inútil de imitar a LOTEKA en esto último-
Con sus máscaras bien colocadas para no dejar entrever la verdadera de sus intenciones, se enarbolan banderas contra la corrupción e impunidad, devolver lo robado al Estado, saneamiento de la justicia, derechos y programas sociales, reducción de nóminas, informe económico mensual, gestión de calidad …y todos se saludan hasta de abrazos sin creer en absoluto nada de lo escuchado.
Son las reuniones de las máscaras con la finalidad de alcanzar el poder, porque una vez alcanzado la carga se arregla al colocar a cada participante en su propio carnaval.
Es “alta política” en la que los de visión limitada no entendemos ni una pizca lo que se está cocinando.
Las elecciones para elegir Alcaldes, Concejales y Directores de Distritos, están pautadas a celebrarse el tercer domingo de Febrero del próximo año 2020.
¡Qué bueno! Disfrutaremos de las caretas visibles e invisibles. Tendremos en nuestros barrios hombres y mujeres disfrazados, no necesariamente con papeles de colores y feas pelucas, sino con costosos pintalabios, tintes y calzados relucientes y una amplia sonrisa en la que quisieran enseñarnos las amigdalas y hasta las tiroides.
Como esos dramas teatrales se repiten temporalmente, el ciudadano consciente, aquellos escasos y de pensamiento crítico que han tomado curso del uso de caretas, le recibirán con poses teatrales de brazos abiertos, sonrisas, besos y promesas para nunca ser cumplidas.
Al finalizar el golpe de la tambora y el jaleo del acordeón , se apaguen las luces y amanezca un nuevo día, los que están podrían no estar y quienes no están podrían estar…aunque se prepara la Fiesta de Mayo, que es donde se va a bailar de verdad con todo y que las caretas en algunos, oculten el dolor y el miedo.
Total, es el baile de las máscaras, comparsas y el camuflaje. Extraño baile. En él, bailamos todos.
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