gregory-castellanos-ruanoPor Lic. Gregory Castellanos Ruano

«La gente hipócrita no cambia, sólo finge cuando le conviene.« Anónimo

El personaje de Santiago de Los Caballeros  a que me referí en la anterior entrega, que se auto cree «moralista« (¿?), que se auto cree ser un supuesto «representante« (¿?) de la sociedad gracias a las retortas y alambiques de su mente, es decir, gracias a las calenturas y al alambicamiento de su mente, tiene el descaro de pretender aparecer ante la sociedad como tal supuesto «moralista« (¿?) cuando la realidad es que de moralista nada tiene.

La sociedad debe cuidarse de ese tipo de sujeto. ¿El es moralista? Respuesta: El es moralista (¿?), sí, pero entrecomillado, es decir, él es «moralista« y no podía ser de otra forma, pues lo es de hojalata, o sea, de esos que doblan la Moral para darle la forma conveniente a su antojo, ya que lo que hace es disfrazar sus intereses personales de un pretendido interés general que sólo existe en su mente afectada por esas calenturas.

Eso de moralista en el farsante de referencia es la máscara que se pone en el rostro y con la que ha pretendido vendérsele a esta sociedad.

Pero el tiempo, ese que todo lo trae y todo se lo lleva, el mismo al que alude La Biblia al decir que «El tiempo de Dios es perfecto«, ha abierto este paréntesis para dar la oportunidad de contribuir a desenmascarar a este farsante de Santiago de Los Caballeros que se la ha pasado hablando y que pretende hablar disque «en nombre de la Moral« (¿?).

Y para ello me voy a centrar, por ahora, en un punto específico que es muy revelador puesto que baña y colora, desnudándola, la real personalidad de éste sujeto, la personalidad `negra` de este farsante de primera línea.

El farsante de Santiago de Los Caballeros al ejercer en Santo Domingo, Distrito Nacional, durante el período en que cierta persona del sexo femenino fue jueza de la Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, se trasladaba desde la ciudad de Santiago de Los Caballeros a Santo Domingo, Distrito Nacional, y se hospedaba en el apartamento de ésa señora, es por ello que conoce al hijo de aquélla al cual trata de defender inútilmente escribiendo las sartas de disparates que escribe. Yo fui testigo accidental y desconcertado de ese hospedaje pecaminoso, anti-ético y cóngruo, además, con otro calificativo todavía más grave.

¿Y qué es eso de un abogado en ejercicio hospedarse en la vivienda de una jueza activa en ese momento como jueza en el ámbito de lo Civil y Comercial? ¿Y qué es eso de una jueza activa  en ese momento en el ámbito de lo Civil y Comercial brindarle hospedaje en su vivienda a un abogado en ejercicio?

¡Qué mal, qué obscuro, qué `negro` está eso!

Un abogado en ejercicio representa intereses de una o varias partes en un proceso y se traslada a un sitio a defender esos intereses parciales de aquél o de aquéllos a quienes representa.

¿Cuáles casos eran esos que llevaba el farsante de Santiago de Los Caballeros en Santo Domingo, Distrito Nacional, y que lo llevaban a convenientemente hospedarse en el apartamento de esa señora?

Esos casos sería interesante que los revelaran la señora en cuestión, el señor hijo suyo y el señor farsante de Santiago de Los Caballeros.

Quienes más les agradecerían esa revelación, confesión diría yo, serían los abogados que en esos casos representaban los intereses contrarios al señor farsante de Santiago de Los Caballeros ya que así ellos entenderían muchas cosas que por desconocimiento de una situación fáctica escapaban a su raciocinio.

Me imagino que también se lo agradecerían la actual Suprema Corte de Justicia y su Consejo del Poder Judicial ya que eso pasó «por debajo, muy por debajo de la mesa« (¿?), durante la tristemente célebre gestión del señor Mariano Germán Mejía alias Marianito y sus hijos al frente de la Suprema Corte de Justicia y de su igualmente tristemente célebre Consejo del Poder Judicial de entonces.

El actual Consejo del Poder Judicial tiene muchas formas y todo el instrumental necesario para obtener esos datos y hasta de ir más lejos de ahí. También los abogados que adversaban los intereses que representaba el señor farsante de Santiago de Los Caballeros cuando venía desde ahí y se hospedaba en ese apartamento para representar los intereses de sus representados, lo mismo que los particulares, tienen formas de conseguirlos.

La pretendida y `negra` «defensa« (¿?) que ha pretendido hacer el señor farsante de Santiago de Los Caballeros tanto de la señora en cuestión como de su hijo tiene su raíz en estos hechos que señalamos. Son claramente «defensas« (¿?) interesadas y por encargo. ¡Qué `negras` son esas defensas interesadas y por encargo!

Por eso hablamos de la máscara usada por el señor farsante de Santiago de Los Caballeros.

…Esos son: «el puro« (¿?), «el abogado puro« (¿?), que, impúdica y desvergonzadamente, se auto considera ser quien en realidad es el señor farsante de Santiago de Los Caballeros; la señora «pura« (¿?) que a éste le brindaba ese tan conveniente hospedaje y «el puro« (¿?) abogado hijo suyo…

La sociedad y sus reales representantes erigidos como autoridades que son deben de repudiar semejante tipo de actuación de estos señores: el desvergonzado y farsante de Santiago de Los Caballeros que pretende auto venderse como supuesto moralista, la señora «obsequiosa« del conveniente hospedaje y su hijo «el puro« (¿?) abogado.

Por Lic. Gregory Castellanos Ruano