La abogada y escritora Carmen Imbert Brugal lamentó la escasa capacidad intelectual exhibida por profesores de la educación preuniversitaria, tanto pública como privada, y cuestionó por qué no se utilizan a los técnicos calificados del Ministerio de Educación para ayudar con la formación de los educadores.
“Hay maestros y maestras con doctorados que no pueden hablar, que tienen problemas de dicción, que no tienen sintaxis. Esos son los forjadores y los que exigen en una esquina que les paguen su imbecilidad y el daño que le hacen a los estudiantes”, expresó Imbert Brugal este lunes en “El Matutino Alternativo” de Fidelity 94.1 FM.
Dijo que casos como los de la profesora Ernestina Grullón, que recientemente recibió el premio “Mujeres que Cambian el Mundo” por educar a personas con discapacidades, y quién en los años 70 dirigió una unidad similar dentro de la entonces Secretaría de Educación, muestra que en el país hay técnicos calificados, aunque no se ubican en los puestos desde donde podrían ser más útiles para el desarrollo del país.
Imbert Brugal atacó a quienes se oponen a los planes del Gobierno de importar profesionales de la educación de otros países para formar a los profesores dominicanos en un corto plazo, porque entiende que no se debe esperar cuatro o cinco años más para integrar al sistema educativo los egresados de las escuelas de educación de universidades privadas.
“Los colegios de privilegio tienen un personal importado y eso no provoca reacciones porque es la empresa privada. Tú ves cubanos, tu ves colombianos, tú ves franceses, tú ves estadounidenses ahí dando clases. Entonces por qué no aceptar el proyecto este que importa profesores, tan importante”, expresó la comunicadora.
Destacó la importancia de seguir trabajando en una formación integral de los profesores, que sobrepase la capacidad técnica e incluya la formación en valores humanos: “Me parece grave… en los colegios. Y no solo de analfabetas, personas que no pueden pensar, que tienen una sintaxis precaria; su formación como seres humanos, sus prejuicios, su violencia. ¿Y entonces?”, expresó Imbert Brugal.
Origen: Digital de la Z-101