En la terminal del espigón construido en 1918 se levanta un edificio de concreto de 75×68 pies donde funcionó la oficina de la Aduana, el cuál se está cayendo a pedazos, por el largo tiempo que tiene abandonado.
En conexión con ese edificio hubo un depósito de acero con 260 pies de largo por 75 de baño en el que los exportadores e importadores guardaban las mercancías que importaban y exportaban, el tiempo necesario para retirarlas o exportarlas.
Ese almacén fue derribado y se construyó una pequeña terminal para recibir y despedir a los cruceristas que desembarcaban o se embarcaban en el pequeño crucero turístico Joywaves que compró José Natalio Redondo, el cual viajaba a Jamaica y Santiago de Cuba. Al cabo de poco tiempo esa edificación también fue desmantelada.
El Consorcio Puerto Plata Port Investments/Inversiones Turísticas Nahual ha anunciado a través de su Director General, ingeniero Jiménez Messón (Chío), que el viejo espigón construido en 1918 y el antiguo edificio aduanal serán derribados y que se erigirá un edificio que tendrá la misma fachada del que será desmantelado.
Cabe destacar que fue el “Feltre” de la Navigazione Linera Triestina de 10,000 toneladas, el primer buque de gran calado que inició el atraque de embarcaciones de este tipo al muelle viejo que pronto desaparecerá para siempre después de 100 años de servicios continuos generando muchísimas riquezas a Puerto Plata.
Sería importante, que antes de que lo queda en pie de la vetusta estructura sea echada al suelo y desaparezca para siempre se contraten los servicios de un camarógrafo y un fotógrafo para hacer un video y tomarle fotografías desde diversos ángulos que puedan servir como piezas museográficas en un futuro no lejano.
Es oportuno proclamar una vez más que a Puerto Plata no la detiene nadie, a pesar del hecho lastimoso de que muchos de sus habitantes miopes continúan disparándose a los pies.