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Manuel Gilbert 

PUERTO PLATA.-A la ciudad de Puerto Plata le cupo el honor de ser el pueblo donde el insigne patriota puertorriqueño, Eugenio María de Hostos, ideara el Plan de Escuelas Normales para la RepúblicaDominicana, sistema educativo que comenzó a implementase a través de la sociedad- escuela La Educadora, fundada el 5 de marzo de 1876.

Esta institución contó desde la etapa de su concepción y de su puesta en operación con el apoyo generoso del General Gregorio Luperón, ya que el local que sirvió de albergue al revolucionario sistema de enseñanza, funcionó en el local en el que celebraba sus sesiones la célebre sociedad política Liga de la Paz, el cual era propiedad del adalid de la Restauración.

Los árboles donde  Hostos concibió la Escuela Normal

Según reveló el obispo de la diócesis Gaspar Hernández, Pedro García y Puerto Plata Julio Cesar Corniel Amaro, a raíz de la remodelación de la Plaza Independencia debajo de los dos únicos árboles que fueron preservados por los realizadores de la obra, Hostos concibió y estructuró su progresista sistema de enseñanza, proscrito por la dictadura de Trujillo.

Eran tres los árboles que estaban localizados en el lado Sur de la céntrica explanada, en el área de la calle Duarte que fue adoquinada y peatonizada, que separa a la Catedral San Felipe Apóstol de la PlazaIndependencia, pero solo se cortó uno y se impidió que se cortara el tercero acogiendo una petición de monseñor Corniel Amaro.

Esos dos árboles de un valor histórico y sentimental inconmensurables, debieran ser cuidados y protegidos por las autoridades municipales, la oficina provincial del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el Ministerio de Turismo y el propio pueblo de Puerto Plata y recomendar a los guías que den a conocer a los turistas lo que representan.

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El objetivo la Sociedad La Educadora y la visión de su precursor

La Educadora tenía por objeto de dar a conocer a la nación dominicana las ideas del derecho individual y público, el conocimiento de las constituciones dominicana, norteamericana, latino-americana y los principios económico-sociales, con el objetivo de instaurar un sistema educativo para formar hombres completos.

Según su visión esos hombres completos servirían de auxiliares para irradiar en el Caribe, el magno ideal dela Confederación de las Antillas, ideal de la vida del educador, exteriorizado muchos años después en 1884, en su magistral discurso pronunciado en el acto de graduación de los primeros maestros normalistas.

Federico García Copley expuso el pensamiento que guiaba a Hostos

En la solemne instalación de la escuela La Educadora, pronunciaron discursos, entre otros, Eugenio María de Hostos y Federico García Copley, quien expuso en la pieza oratoria que pronunció el pensamiento que guiaba a su mentor y a los que le secundaron en este trascendental proyecto que tan buenos frutos dio a la educación dominicana.

García Copley señalaba en un iluminado fragmento de su discurso que “la escuela antiliberal, enemiga eterna de la luz, tiene por lema de su bandera la fórmula retrógrada: mente esclava en cuerpo esclavo, fórmula adoptada y seguida al pie de la letra por el sistema colonial español en el Nuevo Mundo…”.

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Agregaba que “…esa fórmula cuyos funestos efectos venimos sintiendo aún en las sociedades hispanoamericanas; pero la escuela liberal avanzada en cuyas filas formamos –y lo tenemos a honra y gala,- los dominicanos, puertorriqueños y cubanos que aquí nos encontramos, lleva por distintivo la proposición contraria: mente libre, en cuerpo libre; que sería siempre la divisa de la Sociedad LaEducadora, que esta noche establecemos”.

Tres pensamientos en una idea

Decía García Copley que “la fundación de La Educadora presidían tres pensamientos que se resumían en una sola idea: el pensamiento docente o sea el propósito de difundir los conocimientos esenciales para que puedan los habitantes de un país merecer el dictado de hombres libres; el pensamiento político o sea la consagración al servicio de los intereses de la libertad, extirpando con la mesura, prudencia y circunspección necesaria, los elementos hostiles al desarrollo de las instituciones republicas y democráticas; y el pensamiento moral o social dirigido a armonizar los intereses generales de las tres antillas hermanas”.  

El método de las lecciones

Las lecciones consistían en conferencias orales, que cada uno hacía o debía de hacer sobre puntos de historia, democracia práctica y otros interesantes temas que contribuían a la formación de hombres integrales. Hostos solo llegó a dar algunas lecciones porque tuvo que ausentarse del país a donde no habría de volver hasta 1879,  llamado por el General Gregorio Luperón, a la sazón Presidente de la República, para que se encargara de la Escuela Normal que se proponía fundar en Santo Domingo.