El edificio de la Fortaleza San Felipe del Ejército Nacional en Puerto Plata que alojó la Octava Compañía del Ejército Nacional data del año 1937 y su construcción fue ordenada por el entonces incipiente dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Según narra F. González López en el capítulo “Cuarteles del Ejército Dominicano” de su obra “Ofrenda de Amor y Veneración a Puerto Plata Ciudad de Tradiciones y Heroísmo”, impresa en la Impresora El Porvenir, el recinto castrense era un “moderno edificio de gallardas e impecables líneas”.
González López refiere que fue construida bajo la égida reconstructiva y progresista del Presidente Trujillo y estaba dotada de una esplendente, sólida y elegante arquitectura en un lugar atrayente de la Ciudadela de Luperón.
Estaba dotada de lujosas y confortables oficinas destinadas al Comando Militar de la Plaza y amplios salones para dormitorios de los miembros del Ejército Nacional, donde la encomiable e intensa labor del Negociado Provincial de las Fuerzas Armadas se cumple en ella cónsono a la disciplina y recta dirección de Trujillo.
Este alojamiento de milicias también contaba con modernos servicios sanitarios y otras destacadas comodidades, revelando la última expresión del confort militar, de cuyas apreciables modalidades había dotado el Generalísimo Trujillo todos los sectores del Ejército Dominicano.
LA CARCEL DE MUJERES
Era una copia de las modernas penitenciarías correccionales de la época, provista de las comodidades, ventilación e higiene que indicaba una confortable reclusión para mujeres y era una obra de la administración gubernativa del Presidente Trujillo.
Su estructura fue hecha de concreto armado en febrero del año 1937 en el sector sur de la Fortaleza San Felipe, inmediata a la Torre del Tambor y formaba parte de un nuevo y perdurable embellecimiento de la Ciudadela de Luperón y asilo de corrección para las mujeres delincuentes.
ASPECTO QUE PRESENTA EN LA ACTUALIDAD LA EDIFICACION MILITAR
Luego de trasladar la Octava Compañía del Ejército al nuevo edificio que se construyó en la avenida General Antonio Imbert Barrera, donde funcionó hasta que fue desarticulada, luego de que se estableciera en La Unión de Sosúa, el Comando Aéreo Norte de la Fuerza Aérea Dominicana, hoy Base Aérea de Puerto Plata.
La vetusta edificación fue dejada abandonada, por recomendación de arquitectos, que entendían que la pólvora, las granadas y proyectiles almacenados allí, podían explotar en cualquier momento, debido al parque de generación eléctrica situado muy cerca de allí, donde operaban unas cinco generadoras.
Tras permanecer sin ningún tipo de uso, se instaló allí durante algunos años la Escuela de Bellas Artes, que al cabo de un tiempo fue trasladada al edificio donde operó el Palacio de Justicia, en la calle Beller esquina Separación, centro educativo que no está funcionando en la actualidad.
PROMESA INCUMPLIDA DE CONSTRUIR UNA ESCUELA DE ARTES