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Fuente: Acento

PUERTO PLATA, República Dominicana.–Los residentes en La Isabela, Luperón, llevan décadas esperando el desarrollo de un turismo que viene a paso de tortuga. Pero la falta de dos puentes sobre los ríos Bajabonico y Unijica que faciliten una conexión rápida con el municipio Villa La Isabela y las localidades de Estero Hondo, La Ensenada y Punta Rucia, alejan la posibilidad de que el lugar reviva el interés de visitantes dominicanos y extranjeros por conocer este distrito municipal que guarda vestigios del asentamiento humano establecido por Cristóbal Colón en su segundo viaje, tras la destrucción del Fuerte de la Navidad.

La construcción del puente sobre el Bajabonico quedó interrumpida con la última salida del poder del presidente Joaquín Balaguer en 1996. Cinco pilares, incluyendo algunos hundidos, testifican  –18 años después– el olvido a que sometieron a esta zona los gobiernos de Leonel Fernández, Hipólito Mejía y ahora el de Danilo Medina.

Sólo 7.5 kilómetros, la mitad sin pavimentar, separan al distrito municipal La Isabela del municipio Villa Isabela. Pero cuando las aguas de los ríos impiden el paso –lo cual puede suceder hasta durante cinco meses, excepto el último año debido a la sequía– los conductores deben hacer una vuelta de 52 kilómetros. Los tour operadores, que saben de esta dificultad, sencillamente obvian transitar estas carreteras.

Las memorias presentadas por el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, al Congreso Nacional señalan que en 2012 esa dependencia pagó a la ingeniera Nancy Gómez Popoteurun total de RD$12,365,180.82 por el concepto de «Pavimentación Carretera La Isabela–Barracón, Puerto Plata» y RD$10,053,883.24 (para un total de RD$22,419,064.06) por la «Pavimentación Carretera El Dieguito–Barracón–La Isabela, Puerto Plata».

«Hace  aproximadamente 25 años, cuando mi hijo tenía un año de vida, hubo una ´seca´que duró siete años. Las vacas se derrengaban y cuando lassacaban para venderlas para Bonao y esa zona del Cibao se morían en el camino»

Más adelante, el mismo informe dice que pagó a la empresa Asfalto del Cibao RD$10,053,883.24 por la «Pavimentación de la Carretera El Dieguito-Barracón-La Isabela-Puerto Plata», una cifra y un concepto que coinciden con la erogación y el contrato con la ingeniera Gómez Popoteur y sobre la que a lo mejor el Ministerio de Obras Públicas tiene alguna explicación lógica.

La pavimentación de ese tramo carretero, aún pendiente, tiene gran importancia para los residentes en la Isabela Histórica que aspiran a una conexión más rápida y cercana con el municipio Villa Isabela, donde acuden en busca de servicios de salud, algo que se dificulta cuando las aguas del Bajabonico crecen.

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A veces, incluso los cadáveres de los fallecidos tienen que ser trasladados en una improvisada balsa, como reseñan medios digitales de Puerto Plata.

Si las lluvias arrecian, la balsa debe ser resguardada y la conexión se rompe en forma definitiva.

Diligencias inútiles.En julio de 2011 la gestión de Fernández inauguró cuatro puentes sobre los río Bajabonico, El Mango de Yásica y Vuelta Larga en la carretera Imbert-Luperón y Unijica en Villa Isabela, como parte de un proyecto de infraestructuras viales en la zona que costó RD$763.661.274,01.

La gestión de Fernández obvió, sin embargo, retomar el puente que comunica a La Isabela Histórica con la franja costera que colinda con la provincia Montecristi. El entonces ministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, recordó que el mandatario cumplía con su palabra empeñada con los sectores representativos de Puerto Plata durante un consejo de gobierno.

«El abandono de la construcción del puente se produjo en el último período de Balaguer. Jamás se le ha vuelto a poner la mano y cuando los ríos Bajabonico y Unijica crecen no hay paso para nadie», se queja Emilio Peralta, alcalde de Villa Isabela.

«Hemos hecho muchísimas diligencias, incluso con los ministros de Obras Públicas (Gonzalo Castillo) y de Turismo (Francisco Javier García), pero no hemos tenido respuestas. Ya sólo nos falta hablar con el presidente Danilo Medina», añade.

Peralta atribuye el retraso económico de la demarcación a las dificultades de comunicación terrestre que provoca la falta de los puentes, sobre todo el del Bajabonico. Indica que esto afecta a todos los residentes en La Isabela Histórica calculados en alrededor de cinco mil personas, aunque el último censo los sitúa en sólo 1,766, lo cual hace que la asignación estatal mensual al distrito municipal sea sólo de RD$690,195.83

«Lo que se hizo del puente sobre el Bajabonico está mal construido. Hay una de las bases que colapsó, el río le dio fuerte  y la estructura quedó en el aire. Ahora hay  que comenzar desde cero, pero no nos hacen caso. Leonel Fernández prometió un puente con la carretera Puerto Plata, Maimón, Luperón hasta salir a Montecristi, pero sólo se quedó en promesa».

La Isabela Histórica(como se conoce al distrito municipal) forma parte del municipio Luperón. Está conformada por las demarcaciones El Castillo, Candelón, La Ceibita, Paso del Jobo, Las Maras, La Culebra y Brimbol (o Brinvala). Su franja costera está ocupada por grandes residencias veraniegas, incluyendo una que tiene un puerto privado bajo el arrecife y de la que los lugareños comentan que estuvo ocupada durante años por un conocido narcotraficante extranjero que visitaba la zona con frecuencia.

Los residentes de la zona confían en que el turismo será su salvación. Hablan, un tanto desilusionados, del retraso en la construcción de la terminal de cruceros que se levanta en Maimón, donde el 14 de mayo de 2012, el entonces presidente Fernández dio «el primer palazo» en su la fiebre de inauguraciones de tiempos de campaña política.

La empresa promotora del puerto turístico, AmberCove, planifica una inversión de 65 millones de dólares y espera recibir unos 250 mil turistas de cruceros al año.

Mientras el sueño turístico se convierte en realidad, los contados hoteles de La Isabela lucen vacíos, incluso durante un fin de semana festivo como el del pasado asueto del Día del Trabajo. Los residentes del lugar se aferran a la pesca –a veces escasa cuandose niegan los fondos marinos–,y a la ganadería, así como a la siembra de tabaco, plátano, auyama y, sobre todo,de maíz.

«A veces los hombres de aquí van a pescar una semana y no encuentran nada», comenta Álida Fernández, de 44 años de edad, mientras la señora Ramona Devora la interrumpe para certificar la veracidad de sus palabras.

La intensa sequía que afecta la región mató los maizales y, según los productores provocó pérdidas por unos RD$70 millones. También quemó los pastizales, un mal que certifica la flaqueza del ganado. «Aquí, enLa Isabela Histórica todo el maíz se dañó este año. No tenemos cosecha, porque la sequía nos ha arropado a todos. Los ganaderos están con ´el grito al cielo´ porque las vacas se les van a morir de hambre», dice Álida Fernández, madre de tres hijos.

«Hace  aproximadamente 25 años, cuando mi hijo tenía un año de vida, hubo una ´seca´que duró siete años. Las vacas se derrengaban y cuando lassacaban para venderlas para Bonao y esa zona del Cibao se morían en el camino», recuerda

Fernández, quien asegura que en esta ocasión la sequía lleva dos años. Los campesinos atribuyen la falta de lluvia a la deforestación de las montañas aledañas.

En los últimos dos años la única lluvia de importancia que recuerda Fernández se produjo el 11 de noviembre cuando la crecida de las aguas torrenciales de las montañas de Puerto Plata provocaron que los ríos Bajabonico y Unijica unieron sus caudales varios kilómetros antes del lugar donde desembocan en el océano Atlántico.

Pero se trató de un hecho extraordinario que la llevó a recordar una crecida similar que ocurrió hace más de 30 años, cuando ella era apenas una niña.

«Después hubo más crecidas, pero más pequeñas, e incluso en el Bajabonico existía un puente de madera que el río destruyó. Luego empezaron el puente, en los últimos dos años de gobierno de Balaguer, pero la obra quedó inconclusa. Dicen que el ingeniero encargado faltó a su compromiso».

«El puente está bien ubicado, lo que falló fue la mano de obra. Eran hombres que estaban haciéndolo, sin máquinas. Desde un principio yo dije: no cruzo por ahí porque va a quedar mal hecho», sostiene doña Álida, una mujer que desconoce los secretos de la ingeniería, pero que se dejó guiar por el sentido común lo mismo que Cristóbal Taveras, un productor de maíz padre de siete hijos, que reside en El Castillo, localidad que el puente sobre el Bajabonico debe comunicar con Dieguito.

Taveras cuenta que la construcción del puente estuvo a cargo de un ingeniero ya fallecido a quien identifica como Salvador Campusano. Explica que las juntas de vecinos de la zona exigen con frecuencia al Gobierno que retome el proyecto. «Hace cinco meses hicimos la última protesta por la construcción del puente, pero el resultado fue el mismo de siempre: promesas», apunta.

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Algunos medios digitales de la región atribuyen la construcción de la obra al ingeniero Luis José del Castillo, de la constructora CONFISA.

Pero los residentes en la zona prefieren olvidar el pasado y que el Gobierno construya un puente que los conecte al futuro.

«Aquí vienen cantidades de guaguas con turistas. Los traen al museo (de la vieja Isabela) y los embarcan en lanchas para la Ensenada. Los choferes de las guaguas se van por tierra, pero cuando el río está hondo tienen que dar la vuelta por El Estrecho», dice Cristóbal Taveras.