Por Manuel Gilbert
Primera Parte
NEW YORK, Estados Unidos.-antes de que se iniciará el Encuentro de los Puertoplateños Residentes en Estados Unidos y Canadá nació en la mente de Jesús Burgos, su precursor, el deseo de promover la unidad de sus coterráneos asentados en la Capital del Mundo.
Previo al origen de este acercamiento maravilloso, los equipos de la Liga de Sóftbol Puerto Puerto Plata y sus integrantes se congregaban votos sábados, juntos con familiares y amigos, en Van Cortland Park.
Allí fue donde, invitado por Jesús Burgos, el reverendo Ricardo Trinidad Potter Norman se reunió con la porción de la diáspora oriunda del Pueblito Encantado que asistió ese sábado al campo deportivo mencionado.
Previamente, Jesús Burgos contactó en la Iglesia Episcopal, situada en la 131 Avenue a la que el religioso estaba asignado, para solicitarle que asistiera a Van Cortland Park y motivara a los presentes a unificarse con los demás municipios que existían en ese momento en la provincia de Puerto Plata.
Potter Norman honró la invitación de Burgos y se presentó al campo donde no sólo se practicaba softbol, sino también muchas otras disciplinas deportivas que atraían a cientos de deportistas oriundos de muchos otros países.
La prédica del religioso giró en torno a la necesidad de que se lograra un mayor nivel de unidad de ciudadanos de todos los municipios creados, para que realizaran proyectos, actividades, acciones y planes que contribuyeran a lograr objetivos y metas no sólo para provecho de los puertoplateños radicados en Estados Unidos, sino también para los residentes en sus comunidades en Puerto Plata.
Burgos puso de relieve que así el espíritu del individualismo, del chisme, de la indolencia y de la intriga comenzó a ser doblegado por el impacto unitario que tuvo la charla del reverendo Ricardo Potter y se logró echar las bases para trabajar en favor de la unidad y la realización del Primer Encuentro de los Puertoplateños.