GREGORY CASTELLANOS RUA14

Por Lic. Gregory Castellanos Ruano

He sostenido y sigo sosteniendo que hay una especie de unión y de competencia  -aunque parezca paradójico afirmarlo-  entre el Presidente de la República, Danilo Medina Sánchez, y el titiritero de los grupúsculos de la suciedad civil y cabeza esencial de la propaganda periodística de la Traición Nacional, Juan Bolívar Díaz Santana, por captar el voto de haitianos radicados en la República Dominicana.

Después que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictó su increible decisión extralimitándose en forma grosera diciendo muy ligeramente que todos los haitianos nacidos en la República Dominicana «son dominicanos« (¿?) y ordenándonos reformar nuestra Constitución para eliminar el Jus Soli Condicionado vigente entre nosotros desde la Constitución de mil novecientos veintinueve (1929) que lo instauró, las respuestas `concretas` del Gobierno dominicano a dicho infeliz fallo de la CIDH fueron dadas por su Ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Navarro, el cual expresó en forma rotunda: a) que descartaba la salida del país de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) (ver «República Dominicana descarta salir de la CorteIDH pese a condena, según canciller«, Impactodigital.com.do, veintisiete (27) de Octubre del dos mil catorce (2014); y b) que el actual gobierno dominicano había procedido a crear en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana un organismo llamado Dirección General de Derechos Humanos (DGDH) «para fortalecer los aspectos de los derechos humanos en el país como parte de la nueva política exterior dispuesta por el presidente Danilo Medina«.“Esta nueva dirección que trabajará en la promoción, vigencia y defensa de los derechos humanos en el país y en el extranjero, se constituye en un trascendental paso de avance para la República Dominicana en materia de política exterior”, declaró el canciller Navarro. Aclaró que la nueva dirección no busca sustituir a las instituciones del sistema judicial que tiene competencia para tratar los variados casos del tema de los derechos humanos, sino más bien servir de ente facilitador y preventivo, “´con una estructura eficiente, vinculada con las demás instituciones públicas y de la sociedad civil”. Señaló que también se dará seguimiento permanente a cualquier caso para evitar que contra el país se emprendan injustas y perjudiciales campañas internacionales.« (Ver «Cancillería crea Dirección General de Derechos Humanos«, también en Impactodigital.com.do, veintisiete (27) de Octubre del dos mil catorce (2014).)

Esas expresiones: a) «para fortalecer los aspectos de los derechos humanos en el país como parte de la nueva política exterior dispuesta por el presidente Danilo Medina«; b) “con una estructura eficiente, vinculada con las demás instituciones públicas y de la sociedad civil” (es obvio que se quiso referir a la totalmente desacreditada suciedad civil); y c) «se dará seguimiento permanente a cualquier caso para evitar que contra el país se emprendan injustas y perjudiciales campañas internacionales« en realidad lo que traducían era que el Gobierno dominicano estaba acatando dicho inicuo e incalificable fallo de los desvirtuados jueces de la CIDH y que por ello iba a hacer cuanto fuese necesario para evitar que el Estado dominicano volviese a ser sentado en «el banquillo de los acusados« ante dicha CIDH: eso y no otra cosa era lo que se estaba diciendo con esas expresiones y con la creación de dicho organismo. Es decir, que el Gobierno dominicano estaba dispuesto a aceptar y a acatar el fallo en cuestión a pesar de que en otra expresión más de doble discurso el vocero de prensa de la Presidencia de la República Dominicana, Roberto Rodríguez Marchena, dijo de la boca para afuera que el fallo era sesgado, extemporáneo e inadmisible: las declaraciones y las actuaciones del Canciller Navarro eran la más clara evidencia de que los dominicanos nueva vez estábamos en presencia de un doble discurso dirigido desde el Palacio Nacional, es decir, otra versión más de lo mismo que desde el principio con este problema haitiano ha salido desde dicha sede gubernamental.

¿Porqué realmente se creó ese nuevo organismo?: Porque el Presidente Danilo Medina Sánchez no quería reconocer la exclusividad, la franquicia, así pronunciada por la CIDH a favor del periodista traidor Juan Bolívar Díaz Santana, es decir, porque el Presidente Danilo Medina Sánchez, después de haber invertido casi mil millones de pesos dominicanos (RD$1,000.000.000.00) para atraerse el voto de ésos haitianos cuando los mismos estuviesen en condiciones de votar en elecciones generales dominicanas se resistía a pensar que el periodista traidor Juan Bolívar Díaz y el grupo político al cual éste responde fuesen los únicos beneficiarios de dicho voto haitiano y por eso quería competir, disputarles tal cosa para, como tiene todos los resortes del Poder estatal, tratar de hacerse con por lo menos una buena parte de esos haitianos futuros votantes en RD. La desesperación fue tan tal en ese sentido que la misma siguió quedando en evidencia cuando el Ministro de Interior y Policía el día veintiocho (28) de Octubre del dos mil catorce (2014) declaró que a pesar de haberse vencido el plazo dado por la Ley 169-14 dicho ministerio iba a seguir recibiendo las solicitudes de los haitianos «de manera provisional« hasta tanto el Congreso Nacional se pronunciase sobre si insertaba o no la prórroga que se anunció diligenciaría el Presidente Danilo Medina Sánchez (ver «Fadul: Admitirán solicitudes naturalización de manera provisional La medida se mantendrá hasta que CN decida sobre prórroga« en El Nuevo Diario Digital, veintiocho (28) de Octubre del dos mil catorce (2014)).

«Le respondo con más derechos humanos«: eso es lo que sintetizan esas dos respuestas del Ministro de Relaciones Exteriores, que, por supuesto, no tiene ninguna iniciativa propia en esta materia. El Gobierno de Danilo Medina Sánchez estaba acatando el fallo de la CIDH, a pesar de supuestamente haberlo «rechazado« (¿?) a través de la Oficina de Prensa de la Presidencia de la República: el fallo habla de que el Estado dominicano debe adoptar medidas para anular «el discrimen« supuesto contra los haitianos; es un doble discurso permanente en lo que se ha embarcado el Presidente Danilo Medina Sánchez… Esas dos respuestas dadas por su Ministro de Relaciones Exteriores evidencian claramente que el Presidente Danilo Medina Sánchez seguía detrás de cortejar y captar el voto haitiano… ¡Increible, pero cierto!

En ese momento en ese sentido el Presidente Danilo Medina Sánchez estaba en franca desventaja frente al multimillonarizado periodista traidor a la Patria Juan Bolívar Díaz Santana. Dicho panorama varió al dictar el Tribunal Constitucional de la República Dominicana su reciente Sentencia No. 256 del dos mil catorce (2014), la cual fue dictada por verdadero amor a la Patria ya que en esto el TC no ha andado con rodeos ni con simulaciones ni ha sido veleta de grandes vientos de nadie, a diferencia de la cínica puesta en escena de Danilo Medina Sánchez donde todo se finge y en la que clara y desvergonzadamente -como si los demás fuesen idiotas- a todo se responde con elevadísimas dosis de un sorprendente e increíble histrionismo. Ahora bien, ello podría ser aprovechado nuevamente por el Presidente Danilo Medina Sánchez para sus propósitos egoístas, personalistas, de corto y de mediano plazos; e, inclusive, le permitiría colocarse nuevamente el disfraz de supuestamente estar «con la Patria«, cuando en realidad ha estado como una veleta de grandes vientos, pero siempre con un propósito bastardo soterrado.

Ya el Presidente Danilo Medina Sánchez lo que da es pena y vergüenza: es obvio que está atrapado, literalmente atrapado, en las manos del grupejo que él mismo ha alojado en el Palacio Nacional vía su Ministro de Estado de la Presidencia Gustavo Montalvo. Es una extraña posición: por un lado, está unido al periodista traidor Juan Bolívar Díaz; y, por otro lado, está en competencia con dicho periodista traidor Juan Bolívar Díaz por lograr el predominio de la figuración frente a los haitianos y de captar, por ende, el voto de los mismos cuando éstos estén jurídicamente en condiciones de votar.

Juan Bolívar Díaz (como fiel instrumento que es de las ONGs extranjeras, de países extranjeros y de organismos extranjeros, lo mismo que del sector político nacional del cual él es un periodista orgánico), persigue objetivos de corto plazo, de mediano plazo y de largo plazo; en tanto que los objetivos del Presidente Danilo Medina Sánchez son objetivos sólamente de corto plazo y, como mucho, de mediano plazo: a éste último sólo le interesa apuntalar su proyecto político personal; en tanto que a su aliado de coyuntura (y paradójicamente contrincante a la vez), Juan Bolívar Díaz, la agenda le ha sido trazada para llegar hasta el objetivo del más largo plazo: para que el epílogo de la trama culmine en lo que él, como fiel traidor a la República Dominicana que es, quiere que culmine -que es el mismo objetivo que persiguen sus patrocinadores extranjeros-  en la finalización, en el desmantelamiento del Estado Nacional Dominicano: la fusión entre los pueblos dominicano y haitiano, vía el predominio numérico de la población haitiana sobre la población dominicana para que aquella absorba a esta.

Danilo Medina Sánchez piensa que por razones biológicas a él no le importa el final en que pueda parar todo cuanto él ha contribuído a desencadenar y sigue contribuyendo a desencadenar: a él sólo le interesa que su proyecto político personal sea apuntalado con la mayor cantidad posible de haitianos votantes a favor de dicho proyecto político personal suyo. Su mira está centrada en el poder político: no importa cuál sea el costo para lograr lo que él apetece en torno al mismo. Ya es demasiado evidente que al Presidente Danilo Medina Sánchez le dan `tres pitos` todo cuanto puedan pensar y decir en torno a él por su postura de Presidente dominicano pro-haitiano o filohaitiano: el entreguismo en él ya es algo desvergonzado, descarado. Despreciables son los dos: tanto Juan Bolívar Díaz como el Presidente Danilo Medina Sánchez. Este último está «protagonizando« algo totalmente inédito en la Historia de la República Dominicana con su tendencia filohaitiana… («Lo que nunca se había hecho«…)  Mientras el Estado dominicano nace a la vida por oposición a Haití, al Presidente Danilo Medina Sánchez le importa un carajo tal cosa, lo mismo le importan un carajo las luchas del pueblo dominicano por ser un pueblo independiente.

La posición dúplice del Presidente Danilo Medina Sánchez ha contribuído y va a seguir contribuyendo a desnaturalizar nuestro derecho como país libre e independiente y, en consecuencia, a desestabilizar constitucional y políticamente a la República Dominicana ya que sus acciones apuntan a originar, al final, un desorden en toda la geografía nacional  que puede terminar con el colapso definitivo del Estado dominicano. El está consciente de ello, pero su proyecto político de corto plazo y de mediano plazo él lo ha colocado por encima del interés de la Nación dominicana.

Ya empezó a soplar un viento nuevo: desde Haití el Presidente de ese país, Michele Martelly, ha empezado a reclamarle al Presidente Danilo Medina Sánchez «que respete la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos« y dice (dicho Presidente haitiano) que los haitianos nacidos aquí, en la República Dominicana, «no son haitianos, sino dominicanos« (¿?) (ver Impacto digital, nueve (9) de Noviembre del dos mil catorce (2014)): pronto veremos hacia donde se orientarán los pasos del Presidente Danilo Medina Sánchez frente a este viento que ha empezado a soplar, igualmente dentro de poco empezaremos a escuchar nuevamente las amenazas de Cuba y de Venezuela y, ni hablar, de los Estados Unidos (EE.UU.) empujados por Bill Clinton ante una crisis pésimamente manejada por el presidente dominicano por estar persiguiendo intereses espurios jugando con los bamboleos a que se ha querido someter a materiales sagrados de la Patria dominicana. Cuando todo esto comenzó, cuando se presentó el sometimiento penal contra los dos periodistas traidores, Juan Bolívar Díaz y Huchi Lora, se debió de someter a éstos al rigor judicial pertinente y se debieron de cancelar los permisos de las televisoras y radioemisoras del patrocinador de ambos, Pepín Corripio, pues éste ve diariamente el contenido venenoso netamente anti-nacional, totalmente anti-dominicano, de lo que sale de los programas de dichos dos periodistas traidores a la Patria… Pero nada de eso se hizo porque el Presidente Danilo Medina Sánchez tiene su propia agenda, la cual no es precisamente la de la Patria… La hora de las definiciones se aproxima cada vez más y más…

Nota: Me causó sorpresa e indignación ver la foto del Presidente Danilo Medina Sánchez disque entregándole la bandera nacional a una delegación de deportistas dominicanos que se dirigían a unas competiciones en Veracruz, México… Debió de delegar eso en otra persona, en alguien que ni hieda ni huela, pues verlo a él haciendo eso fue, repito, indignante.