El paso por el país de la tormenta Laura dejó tres personas fallecidas, daños considerables a la agricultura, a viviendas, a carreteras, más de mil evacuados y unas 14 comunidades aisladas en distintas partes.
Las zonas más afectadas por las lluvias y los vientos fueron la región Este, la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional, de acuerdo con datos suministrados por el Centro de Operaciones de Emergencias(COE).
Juan Manuel Méndez, vocero de la entidad, informó que dos de los fallecidos fueron identificados como Clarisa Elizabeth Nivar de 44 años, y el niño Dawrin Frías de 7, al quedar sepultados al desplomarse una pared en el barrio La Palmera, en Santo Domingo Oeste.
El hecho ocurrió alrededor de las tres de la madrugada en la calle Esperanza del barrio La Palmera, en Santo Domingo Oeste, por por el kilómetro 14 de la Autopista Duarte. La pared formaba parte de un solar donde supuestamente se pretendía construir un edificio, pero que según moradores la estructura tenia agrietamiento y sus propietarios no tomaron las medidas de lugar.
“Ella (Clarisa Elizabeth Nivar) se levantó y les voceó a los vecinos, la pared se está cayendo y se devolvió entonces fue cuando la pared le cayó encima a ella y al niño”, narró una vecina que intentó acudir en su auxilio.
La otra persona también murió al caerle un árbol encima a la vivienda donde estaba en el barrio Puerto Rico del sector La Guáyiga por el kilómetro 22 de la autopista Duarte. Se trata de un joven cuya identidad no fue comunicada por las autoridades.
De acuerdo con el director del COE, unas 210 viviendas han sido afectadas, una de ellas destruida totalmente. Un total de 1050 personas fueron evacuadas, 14 comunidades están aisladas y 129 personas están en refugios.
El informe preliminar indica que hasta el mediodía se mantenían 20 provincias en alerta roja, 12 en alerta amarilla por las inundaciones urbanas y rurales causadas por el desborde de ríos, cañadas y arroyo.
En sectores como La Zurza la crecida del río Isabela mantenían preocupados a los moradores, sobre todo los ocupantes de las casitas que construyó la Oficina para el Reordenamiento del Transporte a orilla del río para alojar a personas que fueron afectadas por la construcción del Metro.
En este lugar dos viviendas fueron afectadas, una por deslizamiento de tierra y otra porque un árbol le cayó encima. En ambos casos no hubo lesionados graves.
En La Ciénaga, más que temor al rio, la gente denunció el derrumbe de tierra en la parte del farallón que colinda con Guachapita. Por el lugar donde habían casa y que fueron desalojadas el agua corría con gran fuerza arrastrando piedras y tierra que iban parar a las viviendas de la parte baja.
Los moradores demandaron ser desalojados para evitar una tragedia debido a que ahora es más fácil el derrumbe.