Melvin Mañón
Leía en “El País” digital del miércoles 17 de diciembre un reportaje dando cuenta de varios intentos de analizar, entender y diagnosticar la situación en México que en dicho reportaje califican de “tormenta política perfecta”.
El análisis de la situación mexicana se efectuó con los auspicios del “Centro de Estudios Estratégicos e Institucionales” (CSIS por sus siglas en inglés) y participaron el Club de Prensa, Human Rights Watch, MundoiFox y vaya usted a saber quien más.
Hay que reírse o llorar. Para analizar la situación actual buscan a las personas e instituciones que han sido coautores, cómplices en cualquier grado y/o vividores de los entornos que produjeron las mismas crisis que ahora presumen de analizar. Es lo mismo que traer a la Fundación Global de Leonel Fernández a estudiar y diagnosticar sobre la situación dominicana. Es lo mismo que acontece con tantos foros, mesas redondas, seminarios, talleres y demás instancias donde las personas que no son ni representan, hacen analistas de los problemas que si son. Es a todas luces una usurpación de funciones intencional porque no se trata de entender ni de resolver los problemas sino de manosearlos. El sistema le ha enseñado a todos que la rentabilidad está en manosear, no en resolver. A quien hay que requerirle opinión, análisis y participación en las propuestas de soluciones es a las víctimas no a los victimarios pero ese espacio no será cedido gratuitamente.
A los culpables, responsables y usufructuarios de las crisis actuales no se les puede pedir un diagnóstico de esas crisis y mucho menos ayuda para solucionarlos. Es el mismo bulto de mentiras y engaños donde los farsantes de siempre producen análisis para acomodar las necesidades e intereses de quienes les pagan y producen propuestas para halagar o tranquilizarlos mientras todos disfrutan del alojamiento, las comidas y los entretenimientos que forman parte muy esencial de estos eventos que ni siquiera alcanzan la categoría de seudocientíficos.
Las crisis actuales y sus tejidas complejidades y marañas son el producto del ejército de intelectuales y profesionales en todas las ramas al servicio de banqueros, ejecutivos y corporaciones. Ellos no pueden producir un diagnóstico que nos interese mas allá de satisfacer una necesidad profesional de saber lo que está pensando el adversario pero de ninguna manera usarlo como guía o instrumental.
Parte de la tragedia que hoy acongoja y estremece gran parte de la humanidad deriva precisamente de que, el análisis de los problemas y la supuesta gestión para solucionarlos está en manos de los culpables de que estos problemas existan.
Los perros no se amarran con longaniza, se la comen.