Luis Rodolfo Abinader Corona asumirá el Poder Ejecutivo en un momento difícil para la economía y el sistema sanitario del país, que requerirá de la colaboración y unidad de todos los sectores productivos, sociales y políticos del país.
El país atraviesa por un aumento significativo de contagios de COVID-19, que se refleja en el hecho de que los hospitales y clínicas se llenan de pacientes que padecen del virus, mientras que el asesor y director de la comisión para la pandemia, doctor Alejandro Báez, espera un incremento de los contagios a raíz de las actividades políticas de los últimos días y las elecciones.
Abinader, economista y dirigente político de 52 años, tiene a su favor que ganó con amplio apoyo la presidencia y que contará con una amplia mayoría en el Senado de la República, con 20 senadores, y que según las proyecciones también se extenderá en la Cámara de Diputados, lo que junto con otros aliados políticos le da holgura para aprobar las medidas que envíe al Poder Legislativo.
Deberá tener la sagacidad para unificar a todos los sectores del país en torno a una agenda de recuperación, pero antes se tendrá que tomar medidas y hacer grandes esfuerzos para frenar y reducir esa ola de contagios del coronavirus, que se ha disparado en las últimas semanas tras las fases de apertura de la economía.
Para dar un impulso a su gobierno e iniciar la recuperación del país, sus equipos económicos y de salud serán claves porque manejarán los temas neurálgicos de su periodo.
Al presidente electo le aguardan importantes retos por el duro golpe que ha sufrido la producción, además de los miles de empleos que se han perdido y no se recuperan debido al cierre de la economía en los últimos 3 meses de confinamiento y pandemia.
Su equipo económico ha manifestado que por la lesión que han sufrido los sectores productivos se tendrán que acudir al crédito de organismos internacionales para buscar un relanzamiento de la economía a finales de año.
Otro tema en el que la ciudadanía espera respuestas es en el de la corrupción, una de sus principales propuestas ha sido la de designar un procurador general de la República independiente políticamente.
El político, nacido en un hogar de un dirigente de larga data, consumó la victoria que le vaticinaban las encuestas más reconocidas y lleva al poder al Partido Revolucionario Moderno (PRM), formado en el 2014 con la salida de una mayoría de dirigentes y militantes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y tiene como base la Alianza Social Dominicana (ASD) que mantuvo su padre José Rafael Abinader.
Tuvo que pasar, junto con los demás candidatos, por una inaudita campaña electoral que cambió desde que se frustraron las elecciones municipales del 16 de febrero por el colapso del voto automatizado.
Al inicio de la pandemia estuvo confinado en su hogar pasadas las elecciones municipales del 15 de marzo en las que su partido ganó las principales plazas, luego desplegó una “Ruta solidaria” en la que recorrió el país entregando alimentos y que lo llevó a convertirse en una víctima más del COVID-19 que lo sacó de circulación en las últimas tres semanas de proselitismo, y creó muchas conjeturas sobre el destino final de su candidatura.
Todo indica que todos esos obstáculos se convirtieron en impulsos su favor.
Muchos sectores apuestan a que el país nuevamente será confinado y se volverá al toque de queda en común acuerdo entre las autoridades electas y las actuales.
Es economista y su experiencia en el Estado la tuvo en el Consejo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) en el Gobierno del expresidente Hipólito Mejía.