15-15-08-53-18-7866499Miedo a hablar de la Muerte y el Duelo

Ramiro Francisco

Los medios ocupan nuestra atención con noticias verdaderamente interesantes. Virales como se argumenta ahora en las redes sociales.

Es como si estuviéramos leyendo un libro, que vamos pasando página tras página.

Temas calientes como situación en  la frontera, delincuencia e inseguridad en el país, sequía en gran parte del país, JCE fondos y primarias de los partidos, reelección presidencial, militarización del vertedero de Puerto Plata y el que domina al momento de escribir estas cuartillas: el “duelo” entre el procurador general y la magistrada.

No vamos a tratar sobre alguno de ellos. Simplemente, nos limitaremos a dejar un par de líneas, sobre un tema poco tratado, poco estudiado y más aún difícilmente conversado entre la familia.

Se trata del duelo tras la muerte de un familiar. ¡Por eso duele tanto! Más de lo que cualquiera puede imaginar. En amplios segmentos de sociedades como la nuestra se tiene miedo hablar de la muerte. ¡Por eso duele tanto!

Somos propensos a multiplicar rumores, fotos y temas morbosos, una amante “descubierta”, alguien que se “destapó” negando su hombría, aquel que atentó contra su vida al estar severamente deprimido, tratamos de ser “expertos” en cualquier tema, pero cuando se trata de la Muerte o algo relacionado a ella, somos parcos, enmudecemos…en el fondo, sentimos temor miedo, pánico. ¡Por eso duele tanto cuando nos toca!

Es difícil que muchos de quienes nos leen, no tengamos la experiencia de haber pasado por el duelo ante la muerte de un familiar.

Algunos pueden estar en esos caminos. Caminos que de no ser acompañados de un profesional de la conducta, se tornan más largos, tristes y peligrosos.

La doctora Elizabeth Kubler-Ross, escritora y Psiquiatra suizo-estadounidense, fue una de las más profundas expertas de fama mundial sobre el tema de la Muerte.

Escribió mucho. En uno de sus últimos libros titulado Sobre el Duelo y el Dolor, enumera lo que llama las Cinco Etapas de Duelo, por la que necesariamente todos pasamos, independientemente de las secuencias ofrecidas.

Aquí las mencionamos: Negación; Ira; Negociación; Depresión y Aceptación.

Toda persona que pasa por un duelo siempre tendrá su vida un poco alterada con sentimientos de honda tristeza, melancolía, da muestra de estar irritado, y pierde interés por las actividades que antes le eran atractivas.

Y es ahí, donde se requiere la mano amiga. El abrazo oportuno, la muestra de solidaridad, comprensión y cariño. Hasta acompañarle a llorar silenciosamente cuando sea necesario.

Si tal es la complejidad del duelo en los adultos, ¿Podemos imaginarnos el mismo proceso en los niños?

No rehuyamos el conversar en familia cuando se pueda, temas como el que tratamos. Sabemos, que el proceso del duelo será menos doloroso estemos o no enmarcados en religión o creencia alguna.

ramiro_francisco@yahoo.com