JOSE JACOBO 2Ramiro Francisco

Finalizadas las elecciones de este año y con más de un 40 por ciento de los votos escrutados,  solo se espera la declaratoria oficial de parte de la Junta Central Electoral para el ganador de las mismas, Luis Alberto Abinader Corona del PRM y aliados.

Al momento de escribir estas líneas, dirigentes políticos que aspiraban a la misma posición como Gonzalo Castillo del PLD y Leonel Fernández de la Fuerza del Pueblo, han felicitado públicamente al Presidente electo.

Los jóvenes y la clase media tuvieron un papel preponderante en el triunfo.

Si bien es cierto que en elecciones pasadas celebradas en nuestro país, muchas personas de la clase media no sentían interés alguno en ejercer sus derechos de votar, esta vez fue diferente.

Con todo y Pandemia, una campaña dirigida a incrementar el miedo, tal vez en busca de mermar la participación de electores, hombres y mujeres, jóvenes, adultos y viejos, asistieron a los centros de votación en las diferentes provincias para votar por su candidato preferido.

El caso no era Abinader ni PRM como atractivos, sino votar en contra del PLD. Una especie de voto de castigo por el derrotero con que sus autoridades han gobernado en los últimos años.

El descontento, la desesperanza, las acciones poco éticas desde diferentes estamentos de la administración pública, el incremento de la corrupción e impunidad, hacían alzar voces en reclamo de un poder judicial libre e independiente.

Se marchó vestido de negro o de verde. Una gorra, una cinta, un botón… las calles fueron el escenario, grandes concentraciones en plazas y parques de diferentes provincias del país y una vez más, la altanería, prepotencia, altivez y el uso desaforado del poder, mantenían sordos y ciegos a muchas autoridades ante esos justos y sanos reclamos del pueblo.

No se obnubilen tampoco la dirigencia del PRM  y su Presidente electo. El despertar de los pueblos es irreversible. Hoy le dimos nuestro voto y asimismo se les puede quitar si salen de la senda correcta. Si no cumplen sus promesas de encaminar el país por sendas de progreso en el respeto a la ley y en trabajo con total transparencia. El “Se van”, se les cantará a ustedes.

En estos días importantes para la Patria, dedicamos este escrito a José Jacobo. Un hombre callado, respetuoso, honrado en todo el sentido de la palabra. Gran cooperador de cuanto significara bienestar social y patriótico, quien solía asistir a esas paradas y manifestaciones de protestas que se realizaban en las calles y plazas de nuestra ciudad, a veces con un letrero que exhibía con valor. Nada es para siempre.

Nuestro ferviente deseo es que el cambio sea real, y ayude a transformar positivamente las vidas de aquellos dominicanos dignos de mejor suerte.