PUERTO PLATA.-Uno de los sitios más pintorescos y hermosos de la novia del Atlántico es el Parque Regalado y su entorno maravilloso, el cual está situado de su centro histórico encantador, evoca patriotismo por todos los costados.
Esta plaza fue construida por una Junta de Ornato integrada por altruistas munícipes y una contribución especial del prestante ciudadano Ricardo Limardo, mediante un esfuerzo que se extendió durante 15 años que abarcaron el interregno 1901 al 1916,
Durante muchos años fue un lugar de presencia obligada para cientos de niños y adolescentes que iban a recrearse en sus espacios dotados de columpios, de sube y baja y de trompos.
También contaba con deslizadores, casas de los monos, cadenas para practicar gimnasia y en la arena que estaba esparcida alrededor de cada uno de estos juegos los infantes practicaban lucha libre.
El parque Regalado tiene en su centro una glorieta redonda construida con concreto armado y también cuenta con un busto de Ricardo (Bubul) Limardo, quien ostentó los cargos de general, senador y de gobernador de la provincia.
En el lado norte, en la calle Francisco del Rosario Sánchez, está el cuartel de los bomberos municipales construido en el año 1930, que exhibe una imponente arquitectura ha sido retratando millones de veces por turistas internacionales y nacionales.
Hacia el oeste está el edificio que el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina ordenó erigir para que sirviera de sede al Partido Dominicano, recinto destinado a loar de manera incondicional y servil al sátrapa.
En la parte sur está la calle que lleva el nombre de la filántropa y humanista extranjera Margarita Mears, que llegó a Puerto Plata en el año 1904, realizando una labor digna de encomios y alabanzas.
En esa vía residió Ulises Heureaux (Lilís), lugarteniente del general Gregorio Luperón durante la Guerra de Restauración y presidente de la República en varias ocasiones, siendo asesinado en Moca en el año 1899.
Otro elemento importante a resaltar es que el parque Regalado al este es rozado por la calle Emilio Prud’homme, autor de las gloriosas notas del Himno Nacional, uno de los más hermosos del mundo por sus letras que destilan patriotismo y su música, escrita por José Reyes, tiene un aire marcial que incita a los dominicanos a defender a su patria ante cualquier agresión que ponga en peligro su soberanía.
Como colofón de este reportaje, vamos a insertar una simpática anécdota escrita por el historiador Emilio Rodríguez, que se originó en el Club del Comercio de Puerto Plata, donde ”un día aquel bondadoso potentado que fue Don José Manuel Batlle, le dijo a Don Bubul Limardo:”Te doy RD$500.00 por tus bigotes”.
Cuenta Demorizi que “no tardó en llegar a la casa de Batlle un mensajero con un sobre y dentro los célebres mostachos. El mismo mensajero le llevó a Don Bubul una tarjeta y un cheque por RD$500.00. Los recibió Don Bubul, como era de esperarse, y de inmediato se dirigió años que en aquel momento se ocupaban de la construcción del Parque Regalado” y les entregó el dinero que obtuvo por la venta de sus bigotes. De ahí surgió la leyenda de que el Parque se llamaba Regalado por el regalo de Don Bubul, y no en memoria del padre Gonzalo Regalado”.