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Por Lic. Gregory Castellanos Ruano

El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones y de «buenas intenciones« (¿?). Pedro Santana Familia, viejo, cansado de tanto guerrear contra los haitianos y pensando siempre en el temor de la pendiente amenaza haitiana, creyó que hacía lo mejor  para la suerte de su país al cederlo a España y, sin embargo, hizo lo peor con esa acción suya. Desde entonces Pedro Santana Familia forma parte de la colección de traidores a la Patria. Pedro Bartolomé Benoit, en el contexto de la «Guerra Fría« y al saber que en la confusión reinante en la ciudad de Santo Domingo grupos comunistas armados agarraban y fusilaban a diferentes personas, creyó que hacía lo mejor para la suerte de su país al solicitarle por escrito a los Estados Unidos de América el envío de militares a hoyar el suelo patrio, y, sin embargo, hizo lo peor con esa acción suya. Desde entonces Pedro Bartolomé Benoit forma parte de la colección de traidores a la Patria. Danilo Medina Sánchez, imbuído de los consejos (de la cercanía nociva que él mismo se ha creado) sobre posibles amenazas y consecuencias contra el país, cree que está haciendo lo mejor para la suerte de su país (es definitivo que el Guacanagarix no lo dejamos: su reflujo es obvio) ejecutando los planes de los Estados Unidos de América, de Canadá, de Francia, de la Unión Europea y de la ONU  de haitianizar a la República Dominicana para que finalmente se produzca la fusión de esta con Haití, y, sin embargo, está haciendo lo peor con esa acción suya. Desde entonces el Presidente Danilo Medina Sánchez ha pasado a formar parte de la colección de traidores a la Patria.

Recientemente el Ministro de Estado de Relaciones Exteriores, Arquitecto Andrés Navarro, hizo un viaje a la frontera  y de allá increíblemente volvió diciendo que supuestamente «no existe avalancha alguna de haitianos« (¿?) ,  que supuestamente «no existe peligro alguno« (¿?), no obstante estar viviendo el país una situación de práctica emergencia nacional ante la invasión y la ocupación sistemáticas del territorio nacional por los haitianos; en otros términos, dicho funcionario estatal dominicano pretende lograr lo imposible: `tapar el Sol con un dedo`.

Dicho Ministro de Relaciones Exteriores a la frontera `vini, vidi` , pero en realidad él `non vidi`: por eso no convence y no convencerá nunca, del mismo modo que no convence ni convencerá nunca nada de lo que hace ni de lo que dice: lo que él hace y lo que él dice corren la misma suerte de lo que hace y de lo que dice su Superior, el lamentablemente  Jefe de Estado dominicano Danilo Medina Sánchez: en esta materia del serio problema haitiano la población sensata del país no cree ni un ápice de lo que dicho Presidente dominicano hace y dice.

¿Y dónde será que vive el Ministro de Relaciones Exteriores que nos gastamos? ¿Aquí en la República Dominicana o en Júpiter? Porque sólo una cabeza vacía de vergüenza puede despacharse con semejante sandez como lo es la proferida por él después de su inútil «visita« (¿?) a la zona fronteriza: los romanos decían «Mannifesta non eget probatione« , lo que traducido significa «Lo que es evidente no necesita prueba«.

Lo lamentable del caso es que se hizo acompañar por el Ministro de las Fuerzas Armadas (el cual ni siquiera tenía que desplazarse hacia allá, pues él conoce de antemano y de sobra la protuberante invasión haitiana pacífica en curso), y digo que es lamentable porque el objetivo de esa simulada «visita« del Ministro Navarro a dicha zona en realidad sólo perseguía un propósito: enviarles a las Fuerzas Armadas dominicanas el mensaje del lamentablemente Presidente de la República Dominicana, Danilo Medina Sánchez, de que hagan caso omiso a las legítimas alarmas que se han encendido en todo el país frente a dichas invasión y ocupación haitianas pacíficas lo mismo que frente a la actitud indolente al respecto del actual gobierno presidido por Danilo Medina Sánchez. Ya ha trascendido el malestar reinante en numerosos sectores de las Fuerzas Armadas dominicanas por la posición entreguista del actual gobierno presidido por Danilo Medina Sánchez. Parece que por ahí anda el motivo real de dicha (`ordenada`  por Danilo Medina Sánchez y) simulada «visita« del Ministro de Relaciones Exteriores dominicano.

Simultáneamente con esta cantinflada del Ministro Andrés Navarro sale desde el Palacio Nacional la noticia de que el Presidente Danilo Medina Sánchez ha dispuesto crear una comisión para realizar actos conmemorativos del aniversario de la Revolución de Abril de mil novecientos sesenta y cinco (1965) que a la postre devino en una Guerra Patria. Parece ser que el Presidente Danilo Medina Sánchez cree que con ello da una connotación probatoria de un supuesto «patriotismo« (¿?)  de su parte: eso no se lo cree ni él mismo, y ya ni siquiera ninguno de los miembros de su propia familia: eso no es más que otra actuación vulgar suya destinada a hacer un mero ejercicio de despreciable simulación.

Si el Presidente Danilo Medina Sánchez quiere enviar la señal de que él «siente algo por la Patria« (¿?) él tiene en sus manos en la actualidad, en estos momentos, servida en bandeja de plata la oportunidad histórica de probar eso hasta la saciedad: el Estado dominicano ha entrado en un franco estadio de deterioro, de desmantelamiento motorizado por el mismo Presidente Danilo Medina Sánchez cuyo único final (no hay otro) necesariamente es desembocar en la disolución total del Estado creado por Duarte y sus compañeros de La Trinitaria; si el Presidente Danilo Medina Sánchez quiere enviar señal alguna de «patriotismo« (¿?)  lo que él debe de hacer es adoptar posiciones y medidas que contribuyan a revertir ese proceso de disolución estatal que él mismo ha estado materializando complaciendo así a Poderes de la Tierra.

Los líderes de esa revuelta de Abril de mil novecientos sesenta y cinco (1965) lucharon precisamente contra la potencia de la Tierra que materializó el desembarco de cuarenta y dos mil marines y que hoy co-auspicia, co-sopla y co-empuja el plan de haitianización de la República Dominicana para fusionar a esta con Haití creando un Estado bi-nacional. Es decir, que, sin embargo, hoy el Presidente Danilo Medina Sánchez, violando groseramente su juramento constitucional, es cómplice de esa potencia extranjera y de ese proyecto de esta de disolver el Estado dominicano creado por Juan Pablo Duarte y sus seguidores.

El Presidente Danilo Medina Sánchez no se diferencia en nada, absolutamente en nada, de Pedro Santana Familia y de Pedro Bartolomé Benoit: así está pasando a la Historia el Presidente Danilo Medina Sánchez.

Presidente Danilo Medina Sánchez: mejor desista de hacer esa simulación de supuesto «patriotismo« (¿?) suyo, pues con su simulación Usted ofende y agravia la memoria de ésos militares  dominicanos que en Abril de 1965 volaron al firmamento histórico clavándose allí sus estrellas para convertirse en héroes nacionales. Esos militares lucharon por ideales muy contrapuestos, totalmente contrapuestos, a las insanas y malditas  -malditas en el sentido literal y estricto de la palabra-  ideas suyas de contribuir a haitianizar a la República Dominicana como en efecto Usted lo viene haciendo en ejecución, esencialmente, del mandato imperial estadounidense.