Melvin Mañón
Y han llegado de golpe. Algunas muy deseadas, otras inesperadas.
Cuba y Estados Unidos logran algunos acuerdos importantes. La liberación de los tres oficiales de la inteligencia cubana que estaban presos en EEUU desde hace unos 14 años tras un juicio viciado en todas sus partes. Igualmente importante como es la vida y la libertad de esos hombres, el presidente Obama admite que el bloqueo no logró los fines que perseguía y que el aislamiento a Cuba no produjo dividendos por lo cual, se deshiela el bloqueo y se reanudan relaciones diplomáticas suspendidas por mas de 50 años. Son buenas noticias y uno sospecha que Pepe Mujica en algo o en mucho contribuyó a la excarcelación de los cubanos porque al acoger a 6 víctimas confinadas en Guantánamo pidió, con mucha elegancia y justicia al gobierno de los EEUU un gesto de reciprocidad.
Que bueno que así haya sido y no solamente por las partes involucradas directamente, sino por toda esta humanidad hastiada de malas noticias.
Pero hay mas noticias buenas y todas el mismo día.
La señora Hilary Clinton, con quien nunca he podido estar de acuerdo en ningún tema importante produjo unas declaraciones que estoy obligado a apoyar con entusiasmo. Ella dijo que los EEUU no pueden ni deben condonar la tortura de prisioneros bajo ningún concepto ni subterfugio jurídico o político. La señora Clinton dijo que acudir a la tortura es aborrecible y debe ser política y constitucionalmente prohibido y que si no lo está, el Congreso debe actuar para que lo esté. Conocedora de que la palabra “tortura” ha sido deliberadamente evadida por quienes la han defendido y ejercido insistió en que la legislación no puede dejar espacio ni resquicio por el que pueda deslizarse una interpretación maliciosa –perversa diría yo- como la que hicieron algunos jueces. Hablar de técnicas mejoradas de interrogación o “enhanced interrogation techniques” (EIT) es un eufemismo tras el cual se ampararon los criminales de guerra dentro del gobierno norteamericano para evadir responsabilidades. Una investigación independiente autorizada por el Senado norteamericano que fue presentada la semana pasada en Washington reconocía el uso generalizado de la tortura como método de interrogatorio y además enumeraba casos, evidencias y tipos de tortura generalizados tanto a manos de agentes norteamericanos como a manos de extranjeros operando en los países donde eran enviados prisioneros afganos, iraquíes y de otros países justamente para que fueran torturados. Robert Fisk, hablando sobre este tema y aludiendo a los méritos linguísticos de Noam Chomsky señalaba en un artículo publicado la semana pasada en “The Independent” que no había que temer que el informe publicado por el Senado de los Estados Unidos indignara y enojara a los musulmanes ya que hace muchos años que esos mismos musulmanes están indignados por el conocimiento y la experiencia directa que en materia de torturas han vivido como víctimas. La vergüenza, si acaso tuvieran alguna cae de lleno sobre Polonia, Rumanía y otros países de Europa central que conocieron y padecieron bajo el nazismo pero que se prestaron a ser parte de semejante infamia y con la misma desfachatez se sientan a debatir sanciones a Rusia, el reconocimiento al Estado palestino y los derechos de Hamás.
Otra noticia buena, como si el mundo de repente cambiara de golpe para girar en la dirección opuesta, nos llega en un artículo de Uri Avneri dando cuenta de la bancarrota de Netanyahu en Israel, la quiebra de Likud, el ostracismo de una derecha ensangrentada y deslegitimizada por sus crímenes y por sus aberraciones y la emergencia en Israel de nuevas fuerzas que en el litoral de laborismo rescatan la tradición izquierdista y algunos de los valores que sirvieron a la fundación del estado de Israel. Hartos de Netanyahu, de sus crímenes y del descrédito en que ha caído Israel, una parte importante de la población y de la sociedad política israelí avergonzada de los crímenes y de los abusos que se han cometido en su nombre reacciona. Que bien que así haya sido y cuanta esperanza de que avancen esas fuerzas y con ellas el respeto a los derechos del pueblo palestino, los dos estados, el regreso de Israel a las fronteras de 1967 y el regreso de los expulsados. Que bien que estas cosas empiecen a suceder ahora justo cuando la Unión Europea conoce del posible reconocimiento unilateral del estado palestino y cuando el 2do. Tribunal de la misma decide desautorizar la designación de Hamás como una organización terrorista razonando que dicha designación se hizo en base a recortes de prensa y de internet no producto de investigaciones, evaluaciones y procedimientos adecuados de investigación y certificación.
Diantre, parece mucho y demasiado bueno para un solo día pero mis lectores no tienen idea de hasta que punto disfruto ser difusor de buenas noticias sin desmedro de denunciar todas las malas como habitualmente hago.