Dos compañeros periodistas Daniel Díaz y Carlos Acevedo, han encaminado sus pasos hacia la eternidad dando lugar como sucede en estos casos, a la valoración del accionar del comunicador durante su ejercicio profesional.
Se destaca una vez fallecidos, su laboriosidad, honestidad y su don de gente.
En vida, pocos nos atrevemos a reconocer la seriedad con que muchos ejercen esa noble labor de periodista.
La culpa la tenemos no pocos, debido a los devaneos, coqueteos y compadreos con el poder político, empresarial y hasta religioso, que nos ha hecho perder el rumbo y desviarnos de nuestra misión, papel, rol o trabajo en la sociedad que nos ha tocado vivir.
Y ese baile pegao con el poder nos hace perder valores, responsabilidades y nos tornamos ciegos, sordos y mudos ante desmanes, robos, abusos, falseamiento de información, y todo cuanto contribuya a mantener a buena parte de la sociedad somnolienta y silente.
La periodista española Pilar Moreno, afirma que los periodistas somos los “cancerberos del poder para vigilar las maniobras que perjudican al ciudadano y que se hacen desde el poder, por ejemplo la utilización nefasta de los recursos públicos”.
¿Por qué se habla tan mal de la prensa? ¿Por qué en España conforme a estudios realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas CIS, se tiene la profesión de periodista como la peor valorada?
Recientemente, la Oficina Regional de Cultura para América Latrina y el Caribe de la UNESCO y su representación para Cuba, República Dominicana y Aruba, presentó lo que llamaron una evaluación del entorno mediático de nuestro país.
Esa investigación se realizó entre los años 2013-2015 por un equipo de académicos, periodistas y representantes de asociaciones profesionales de la República Dominicana, entre ellas el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa SNTP y el Colegio Dominicano de Periodistas CDP.
Análisis del Desarrollo Mediático en República Dominicana puede conseguirse gratuitamente en Internet. Nosotros poseemos un ejemplar físico.
Ese estudio basado en los Indicadores de la UNESCO, retrata de cuerpo entero la real situación del ejercicio periodístico en la sociedad dominicana.
El baile con el poder, el nadar a favor de la corriente, el “por lo cuarto baila el mono” sale a relucir desde sus primeras páginas.
Es hora creemos, de dejar el compadreo de corbatas, de visitar tantos despachos, “altares” y oficinas. Hora de dejar de bailar tanto con el poder.
¿Por qué se hace tan difícil? Trataremos de responder en nuestro próximo articulo.
ramiro_francisco @yahoo.com