Cesar José de Los SantosManuel Gilbert
PUERTO PLATA.-El presidente de la Asociación de Propietarios de Hoteles, Condominios y Turismo de Playa Dorada, Cesar José De los Santos, defendió el modelo hotelero-inmobiliario híbrido que se viene desarrollando de manera exitosa y sostenible en Puerto Plata, Sosúa y Cabarete.
De los Santos hizo la defensa en respuesta al presidente del Sindicato de Choferes de Puertos Aéreos y Marítimos (SICHOPAYMA), Félix D’Aza, que denunció que Playa Dorada ha sido convertido en un proyecto inmobiliario, provocando la pérdida de trece de los catorce mil empleos que habían allí.
Exhortó a los incrédulos a observar la vista satelital que presenta Google Earth, que muestra en tiempo real, vistas de Puerto Plata, Sosúa y Cabarete y verán que no quedan terrenos verdes, ya que el desarrollo inmobiliario que está registrando en dichas comunidades es impresionante.
“Es asombroso lo que está pasando porque no se trata de construcción de hoteles, sino de lo que se trata es de una inmensa cantidad de villas y edificios de apartamentos que se venden como pan caliente y están repletos de turistas, lo que ha permitido desarrollar su economía y todo un mundo atractivo para inversores”, remarcó.
El empresario hotelero e inmobiliario dijo al ser cuestionado en espacio televisivo “Todo Incluido” que difunde el canal 10 de Musa Visión que “el amigo Felix D’Aza viene apareciendo en los medios con la misma noticia catastrófica, pasando por alto que el turismo inmobiliario que genera un movimiento económico qué hay que mantener”.
“Yo siempre le he dicho a Félix que no basta con pedir que se retorne al modelo hotelero y se descontinúe el esquema inmobiliario, porque no se puede cambiar lo que cada dueño de hoteles de Playa Dorada quiera hacer con su proyecto, ya que cada quien desarrolla su propiedad como más le convenga”, sentenció.
Subrayó al ser cuestionado por el periodista Manuel Gilbert en el citado programa televisivo que el Estado no tiene ya ni un metro cuadrado en Playa Dorada, ya que todas las áreas sociales comunes de las que era propietario el Banco Central fueron vendidas al sector privado.