PUERTO PLATA.-El presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas del Norte (ASHONORTE), doctor José Natalio Redondo, destacó lo exitoso que fue el destino Puerto Plata en sus inicios allá por el año 1980, cuando una habitación con un desayuno se vendía a US$380.00 por noche.
El destacado propulsor del sector turístico estacó que la demanda en este destino por turistas procedentes de Canadá, Estados Unidos y luego en vuelos trasatlánticos procedentes de Europa convirtió a Puerto Plata en un destino de alto valor, pues una habitación se vendía de US$380.00 por día por persona.
Redondo recordó que esta bonanza y tiempo de vacas gorda del turismo se mantuvo durante unos 16 años, o lo que igual, hasta mediados de los años 90, cuando se presentó en Puerto Plata la primera crisis sanitaria que conoció el sector turístico en República Dominicana, que afectó a turistas ingleses.
Explicó que debido a esa crisis el mercado se resintió, alejándose los turistas de Inglaterra, lo que forzó a los hoteleros locales a diversificar para poder recuperar el terreno perdido con el retiro del mercado de Inglaterra, que se había convertido en un destino emisor del que la ocupación hotelera de Puerto Plata dependía mucho.
El precursor del turismo de salud dijo que esa crisis sanitaria que ahuyentó a los vacacionistas británico coincidió con el colapso del acueducto, produciendo un desabastecimiento de agua, obligando a los hoteleros a comprar el preciado líquido a dueños de camiones cisterna, a los que se veían compelidos a comprarles 10 y 15 camiones a diario, viniendo virus intestinales que atacaron intensamente.
“Eso fue en el año 1993 y se llevó el proyecto Bahía Príncipe de Gaspar Hernández y hubo que contratar a la firma inglesa Cristal para controlar la alta tasa de contaminación que existía, dando seguimiento a todo lo relacionado con la higiene para garantizar la salubridad en los hoteles de este centro vacacional.
De ahí se dio un salto al año 2000, época en que se aprobó la ley que creó a CONFOTUR, que creaba una serie de exenciones y facilidades a favor de los inversionistas que construyeran nuevos hoteles o remodelaran los que tenían, pero muchos dijeron que en Puerto Plata no se necesitaba esos incentivos, porque aquí ya había demasiado habitaciones.
“Entonces en Bayahibe y en Punta Cana y los mismos inversionistas que tenían proyectos aprobados en Puerto Plata se fueron para el Este, en momentos en que el turismo internacional de solo y playa comenzaba a masificarse y muchas cadenas comenzaron a construir grandes de mil o más habitaciones, con los que los de este destino no podían competir.
Puerto Plata tuvo tres grandes crisis, la primera de las cuales fue la falta de prevención, derivada de la embriaguez de éxito, que les impedía, lo que les impidió percatarse que ya no estaban en las décadas de los 70 y los 80; otro error fue no prestar atención a la inseguridad sanitaria y la otra falla fue el no aprovechamiento de las exenciones que otorgaba el Estado a través de CONFOTUR.
Sentenció que las tres situaciones que afectaron el destino Puerto Plata fueron producto de la inconsciencia del liderazgo político, económico y social, el cual no tuvo capacidad para visualizar la situación adversa que se le venía encima, provocando que el máximo histórico de 872 extranjeros no residentes que arribaron en el 2000 por el Aeropuerto Internacional Gregorio Luperón se redujera al mínimo 132,866 de enero a septiembre del 2020.