Amigos, hoy tenemos una cita con «Un Encuentro con lo Nuestro» y en esta ocasión compartimos uno de los lugares más hermosos de nuestro país: La playa de Punta Rucia, una ensenada muy apacible. Es un lugar paradisíaco situado al noroeste de la República Dominicana, próximo al pueblo de La Isabela, primer asentamiento europeo en el Nuevo Mundo, en la provincia de Puerto Plata.
Una playa de gran extensión, ideal para disfrutar en familia por su poca profundidad y es que sentir la brisa incomparable que nos arropa desde que ponemos un pie en su blanca arena, observar los diferentes tonos azules de las aguas del Atlántico, ser testigo del incomparable amanecer y su imponente puesta de sol y ver la sapiencia del Pelícano a la hora de buscar su comida dentro de sus aguas, hacen de Punta Rusia un lugar inolvidable.
Ni que decir de Cayo Arena, un montículo situado a unos 20 minutos de Punta Rusia, sitio visitado por una gran cantidad de turistas que se trasladan desde los hoteles de Puerto Plata en autobús hasta el poblado pesquero de Punta Rucia, para tomar un bote y poder disfrutar de este idílico lugar ,donde las aguas del mar se disputan los colores entre el verde y el azul, y podemos darnos un buen baño y observar los más bellos corales y peces multicolores, así como caminar sobre una arena suave y blanca.
La travesía hasta Cayo Arena es impresionante ya que navegamos entre los más hermosos y extensos manglares para luego salir hacia mar afuera y ver el indescifrable espectáculo de estar frente a este montículo rodeado de agua por todos lados.
En la Playa La Ensenada en Punta Rucia, podemos degustar todo tipo de mariscos y pescados frescos en un ambiente sano y típico dominicano.
Estar disfrutando de esta imponente playa nos pone frente a un espejo en torno a lo que somos y lo perfecto de la creación y que tanto nos olvidamos de la naturaleza disponible para nosotros, ante el ritmo de vida que tenemos en ciudades con porciones de cielo, con fragmentos de aire limpio, árboles sintéticos o trozos de hojas verdes acostumbrándonos tanto a esto, que parecería que la naturaleza nuestra fuese solo ese fragmento de escenario que tenemos a diario.
Entremos en consonancia con la naturaleza… no nos quedemos rondando alrededor de lo inventado por el hombre, vayamos tras la búsqueda de nuestros campos, ríos y playas, escalemos nuestras montañas, sorbamos a plenitud el aire puro que tenemos el privilegio de poseer, vayamos en búsqueda de energía natural, .enseñemos a nuestros hijos a cuidarla y amarla, para no quedar sumergidos en los efectos creados por nosotros mismos y demos prioridad a la esencia creada por Dios. ¡¡Punta Rucia es uno de los tesoros que poseemos!!
Autor: Mayra de Peña