DSC_0845Juan Ventura

Nació de cuna humilde en el pueblo de Puerto Plata, el 8 de septiembre de 1839, hijo de la pareja formada por  Nicolasa Duperón y de Pedro Castellanos. Dicha pareja, además, procreó los hijos: José Gabriel, Bernardo, Manuela, Dolores y Ramona Luperón. El apellido Duperón era francés se convirtió posteriormente en Luperón.

Gregorio Luperón se dedicó a la carrera de las armas, el comercio, la diplomacia y a las actividades políticas.

Desde temprana edad tuvo que salir a las calles de su ciudad natal en busca de  manutención para su madre y hermanos.

Aprendió las primeras letras en una modesta escuela metodista de Puerto Plata, dirigida por el reverendo William Towler, donde dio demostración de inteligencia y don de mando.

En 1851, cuando apenas tenía 12 años de edad dejó el hogar materno para irse a vivir a Jamao, donde se radicó para dirigir los cortes de caoba de don Pedro Eduardo Dubocq, quien se convirtió en su protector. En su casa leyó a Plutarco y otros libros de la biblioteca del señor Dubocq, para de esa forma convertirse en un joven  autodidacto. Gregorio Luperón en 1857 ocupó su primer cargo público como Comandante Auxiliar del Puerto Cantonal de Rincón de Yásica, siendo nombrado por el Gobierno del general José Desiderio Valverde, en donde se destacó y demostró habilidades en las armas.

Al año se retiró de dicho cargo y se dedicó al comercio en Sabaneta de Yásica.

El 18 de marzo de 1861, cuando Pedro Santana proclamó la anexión del país a España; Luperón se declaró contraria a la misma y se negó a firmar el acta de la anexión. Puerto Plata fue el último pueblo en apoyarla; cuando se bajó la bandera dominicana y  subió la  española, el 26 de marzo de 1861. A partir de ahí Gregorio Luperón entró a la escena política e inició sus actividades revolucionarias, sufriendo persecuciones.

Viajó por diferentes países, como fueron: Haití, Estados Unidos, México y Jamaica. Posteriormente regresó al país para continuar sus actividades conspiradoras y tras la ocupación de Guayubín por los dominicanos, es proclamado General de Brigada. Se anunció una recompensa a quién pudiera dar información de su paradero. Es sometido a nuevas persecuciones y es  detenido otra vez y logrando escapar, para seguir con sus ideas revolucionarias, hasta el inicio y al fin de la Guerra de la Restauración, en Capotillo, el 16 de agosto de 1863.

Luperón, el 3 de septiembre de 1863 asumió el mando de una de las columnas que atacaron a Santiago. Luego fue nombrado Jefe del Cantón de Mari López junto a los coroneles Teodoro Gómez y Andrés Tolentino.

El 14 de septiembre de 1863 se instaló en Santiago el Gobierno Provisional de la Restauración, presidido por José Antonio Salcedo, siendo nombrado Gregorio Luperón como Jefe de Operaciones sobre el Este y el Sur del país, enfrentándose al Ejército español que comandaba el general Pedro Santana. Participó en las acciones de los días 30 de septiembre y 1 de octubre de 1863, derrotando a sus contrarios. . Así también, en las de Bermejo, Mojarra, Yerba Buena y Maluco, San Pedro y otras.

Regresó a Baní y producto de las intrigas políticas, su vida corre peligró y fue puesto en arresto por el general Pedro Florentino y le dice éste que tiene órdenes de fusilarlo, pero lo dejó en libertad y lo remitió al Cibao.

El 20 de enero de 1864, el Presidente de la República, general Salcedo lo nombró en San Pedro de Macorís como Segundo Jefe del Ejército Dominicano. En los distintos puestos que estuvo dio demostración de mandó y autoridad. El 16 de octubre de 1864 es designado como Jefe de Operaciones de la Línea Noroeste. Al final del año 1864 ocupó la Gobernación Civil y Militar de La Vega.

Luperón es proclamado  Presidente de la República, el 24 de enero de 1865, pero rechazó ésta, designándose a Benigno Filomeno de Rojas, siendo elegido el primero como Vicepresidente de la República, cuando apenas tenía 26 años de edad.

El 24 de enero de 1865 contrajo matrimonio en La Vega, con Ana Luisa Tavares (nació en San José de los Llanos, el 4 de julio de 1850, hija de Eneria Frías viuda Tavares y murió en Puerto Plata, el 2 de enero de 1920) y procrearon dos hijos: Ana Luisa Adelaida Luperón Tavares  (nacida en Turks Islands, el 17 de noviembre de 1867 y quien murió en Puerto Plata en 1958, en la miseria y el abandono, después de haber sido estafada y engañada con sus bienes muebles e inmuebles heredados de sus padres) y Jacobo Leoncio Luperón Tavares (nació en Saint Thomas, el 21 de septiembre de 1871 y murió en Puerto Plata, el 21 de mayo de 1896). Luperón tuvo otros hijos con diferentes mujeres.

Fue Miembro de la Comisión Instaladora de la Respetable Logia Restauración Número 11, de Puerto Plata,  y uno de sus fundadores, el 25 de septiembre de 1867, siendo su primer Orador.

Fundó y dirigió el Partido Azul. Llevó a varios dominicanos a la presidencia de la República, a través de dicho  Partido y el liderazgo que ejerció en el pueblo dominicano

A partir de ahí Luperón se convirtió en el principal arbitrio de la política dominicana y ocupó los cargos más importantes, como fueron: Miembro del primer Triunvirato que gobernó el país en 1866, junto a los generales Pedro A. Pimentel y Federico de Jesús García; Delegado del Gobierno en las provincias de Santiago, La Vega y el Distrito Marítimo de Puerto Plata, en 1866; Diputado por Santiago, en 1874; Ministro de Guerra Y Marina, en 1876; presidente provisional de la República, con asiento en Puerto Plata, en 1879; Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario de la República en diversos países, 1882.

Combatió las distintas dictaduras dominicanas  incluyendo la de su ex discípulo  Ulises Heureaux y se vio en la incómoda necesidad de tener que refugiarse en el exilio como forma de evitar morir a manos del tirano Lilís.

Ahí tenemos, en una breve pincelada al héroe y a la figura preponderante en la historia local, regional y nacional, que por sus actuaciones y méritos acumulados en la Gesta Restauradora se ganó el Primer lugar en la misma.

Cultivó y Mantuvo lazos de amistad con eminentes contemporáneos, tales como: Eugenio María de Hostos, Dr. Ramón Betances, el  General Antonio Maceo y otros tantos. A todos ellos  protegió y ayudó para la causa de la Independencia de sus respectivos países.

Luperón fue un amante de la cultura y un ferviente propulsor de ésta y la educación. Ayudó a fundar instituciones culturales, educativas, logias, etc.

Fruto de su lectura y constantes viajes al exterior, llegó a adquirir una vasta cultura. Se ligó con los intelectuales dominicanos y extranjeros de más fuste e ilustración. Escribió artículos para periódicos nacionales, proclamas, cartas, etc.

Su figura cada día se agiganta y crece más con el tiempo; y, mientras, aparecen nuevas investigaciones sobre él, queda mejor situado ante la Historia. Es un personaje que ha sido estudiado y analizado también por historiadores extranjeros. Mientras más se hurga en él crece su arraigo, valor y respeto alcanza su figura en el contexto del país, del Caribe  y de América Latina, pues conjuga al valiente luchador por nuestra soberanía, por la libertad y al visionario del porvenir dominicano.

Escribió y publicó en tres tomos, sus  “Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos sobre la República Dominicana, desde la Restauración a nuestros días”. En dicha obra, recoge documentos y aporta una gran cantidad de informaciones valiosas sobre sus actuaciones en el devenir de su vida y de la Sociedad en que le tocó vivir. Además,  publicó los libros:   “Un recuerdo a los dominicanos”; “El Destierro”, y otros. Publicó artículos en los periódicos puertoplateños El Porvenir, Las Dos Antillas, así como en el periódico de Santo domingo: El Nacional. Muchos de estos artículos fueron recogidos en el libro intitulado: “Escritos de Luperón”, recopilados y anotados por el licenciado Emilio Rodríguez Demorizi.

Combatió a su ex discípulo el dictador Ulises Heureaux y se marchó al exilio; poco antes de morir regresó a Puerto Plata traído por éste.

El General Gregorio Luperón murió en su amada ciudad de Puerto Plata, el 21 de mayo de 1897. Vamos a copiar inextenso lo que dice el acto 14.4 y 5, Folio119, del Libro No. 10 de Defunciones, de la Oficialía del Estado Civil Puerto Plata: “En la ciudad de San Felipe de Puerto Plata, a los veintiuno de mayo del mil ochocientos noventa y siete, compareció el joven José Nolasco, vecino de esta ciudad y nos declaró que el General Gregorio Luperón, residente en esta ciudad de Puerto Plata, de la edad de 58 años, estando casado, ha fallecido en esta ciudad a la una de la noche. Firmado Dassá Heureaux, Juez Civil de Puerto Plata”. (sic.).

También hemos consultado el acto 709, folio 258, del Libro No. 13 de Defunciones de la Catedral San Felipe, de Puerto Plata, y nos dice que Luperón, murió el 21 de mayo de 1897.

Creemos que con la publicación del acta de defunción del General Gregorio Luperón, queda definitivamente aclarado que éste murió el 21 de mayo de 1897 a la una de la noche, en Puerto Plata y no como algunos biógrafos del mismo han dicho erróneamente que murió el 20 de mayo de 1897, a las 9:30 P.M.