gregory castellanosPor Lic. Gregory Castellanos Ruano

«Fin común de actividad; he aquí el primer principio de toda sociedad sujeto también a ciertas condiciones especiales.«

(Ott, A.: Manual de Historia Universal, Primera Parte, Historia Antigua, Tomo I, traducción del francés al español, Madrid, 1841, Gabinete Literario, calle del Príncipe No. 25, página No. 14)

La inversión que hizo la Carnival y el funcionamiento de su plan ha sido un pulmón que le ha permitido a Puerto Plata oxigenar su enrarecido y triste aire económico.

A la Carnival se le ocurrió instalarse en Maimón: ¿Y si a la Carnival no se le hubiera ocurrido instalarse en Maimón? ¿Y si a la Carnival no se le hubiera ocurrido esa idea que materializó? ¿Qué hubiera hecho Puerto Plata si la Carnival no hubiese invertido en Maimón?: Esas preguntas deben formulárselas cada una de las instituciones, cada una de la asociaciones y cada uno de los habitantes de Puerto Plata. Quizás esas preguntas permitan que se reflexione y se piense a profundidad sobre las tareas prácticas que deben ser materializadas aisladamente (espontáneas individuales), unas, y mancomunadamente (o, a lo menos, coordinadas), otras.

¿Los puertoplateños se hubieran detenido y no hubieran hecho nada por tratar de revivir dicho destino turístico? ¿Los habitantes de Puerto Plata se iban a quedar cruzados de brazos por la ausencia de un inversionista como la Carnival? ¿Porqué para impulsar el turismo los puertoplateños siempre tienen que esperar a que al Estado le dé la gana de invertir o a que un inversionista extranjero quiera traer o no capital para invertir en Puerto Plata?

Siempre he encontrado repudiable esa actitud de los puertoplateños de esperar que les hagan todo: que ese todo provenga del Estado y del sector extranjero.

Los puertoplateños deben realizar actividades que sean atractivos; atractivos que hagan que les interese a los de fuera de Puerto Plata visitar a esta independientemente de que hayan o no facilidades comunicacionales de transporte para llegar a Puerto Plata: así Puerto Plata no tendría que estar suplicándole al Estado ya que el Estado al ver el crecimiento económico producto de la instalación de esos atractivos turísticos generando afluencia de turistas nacionales y extranjeros hacia Puerto Plata querrá intervenir motus proprio para, esencialmente con obras de infraestructura lo mismo que con obras relacionadas directamente con el turismo, ayudar a que dicho crecimiento sea mayor debido a que el Estado también se beneficiaría de los impuestos que cobraría con motivo de dicho crecimiento y de expandir así a este todavía más aún. En ese sentido hay prácticamente un mundo pletórico al que la imaginación y la actividad para materializarla pueden convertir en realidad.

Cada proyecto individual de atractivo turístico vendría a ser como un grano de arena que contribuiría a hacer realidad ese mundo en conjunto. Y si ese conjunto de individualidades se une, el poder colectivo que surgiría de esa unión serviría para modelar el ambiente de la base económica turística en base a la planificación previa, a la coordinación y a los consejos o recomendaciones.

Más o menos co-relacionada con la expresión contenida en la cita del introito es la muy conocida expresión del ex Presidente Kennedy de Estados Unidos en el sentido de que: «No preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate: ¿qué puedes hacer tú por tu país?« De esta última las que se deben extraer son las correspondientes adecuaciones o localizaciones: «¿Qué puedo hacer por Puerto Plata?« Y «¿Qué podemos hacer todos juntos por Puerto Plata?«

Esas son preguntas de consciencia, individual y colectiva. Lo importante es que todos los puertoplateños se las formulen y que reflexionen sobre ambas.

Si bien es cierto que se deben tener en cuenta las condiciones materiales, no menos cierto es que la consciencia del problema y del objetivo pueden permitir orientar y planificar para ordenar y reordenar y para lograr la concreción del objetivo.

Es importante conocer los avatares de nuestra tierra puertoplateña y de sus pobladores para tomarnos el asunto en serio para que Puerto Plata use su fuerza para sobreponerse a los olvidos y remar ella sola pensando que ella está sola.

Puerto Plata no debe seguir auto limitándose porque la auto limitación que sin proponérselo se ha impuesto la ha perjudicado y ha empobrecido todo cuanto puede ser su oferta al mundo. De conformidad con las más actualizadas estadísticas las diez ciudades europeas que son objeto de más visitas por turistas los son de manera esencial por su cultura, lo cual es un vocablo que no sólo comprende lo relativo a las artes, sino también lo relativo a la literatura, a las religiones, a la gastronomía y muchas otras expresiones del pueblo de que se trate. Lo importante es que se sepa aprovechar hasta lo en principio considerado de aparente escasa importancia para llamar la atención de los extranjeros para que éstos deseen visitar a Puerto Plata.

Lo importante es no dejar que las cosas se den por magia o por azar: porque al Estado o a algún inversionista extranjero se le antoje hacer algún proyecto turístico.

El listado de aspectos desde los cuales individualmente se puede partir para tener una apreciación del alcance creador en el ámbito turístico es bastante amplio, afortunadamente:

Hay una cultura y una Historia puertoplateñas que permanecen arrumbadas, cuasi-despreciadas y que de sacarse sus elementos con los propósitos que llevan a escribir el presente tema podrían convertir a Puerto Plata en una sociedad con un montón de atractivos hasta ahora inexplotados y al territorio puertoplateño en un hormiguero de visitantes atraídos por las respectivas atracciones que los puertoplateños se propusiesen crear sobre esas bases culturales e históricas.

Hay que emprender actividades, proyectos con base en la Historia y en la Cultura puertoplateñas y hay que crear toda una maquinaria de promoción de la Cultura puertoplateña.

Por ello los puertoplateños nucleados en torno a promover el desarrollo turístico de Puerto Plata deben invitar a todos los habitantes de Puerto Plata a presentar los proyectos culturales que estimen pertinentes.

Dentro de este ámbito, por ejemplo, Puerto Plata puede crear toda una serie de museos (el de Eduardo Brito; el de Morales Languasco; el de Lilís; el de Rafael Solano; etcétera); y no sólo de personas, sino también de respectivas cosas según la temática que se quiera abordar para fines de exposición y de atracción.

Un espíritu argentinizado es el deseable: los argentinos hacen un museo por cualquier motivo, es decir, de cualquier causa, sobre la base de cualquier cosa o pretexto o temática; y ese museo creado, hecho por un argentino pasa de inmediato a constituirse en un atractivo turístico que para el argentino creador concreto viene a ser un negocio que le deja ganancias económicas a él, pero también a la localidad a la cual llegan atraídos por ver dicho museo.

Igualmente hay numerosas actividades fuera de la Historia y de la Cultura puertoplateñas que pueden ser creadas y organizadas para generar ese atractivo permanente de Puerto Plata a que los de fuera de ella le visiten.

Puerto Plata puede realizar todos esos tipos de actividades: lo que tiene es que saber orientarse en orden a crear atractivos turísticos que no tienen que depender de que al Estado le dé la gana de invertir ni de que un inversionista extranjero quiera traer o no capital para invertir en Puerto Plata.

Tanto en el primer ámbito como en el segundo las pequeñas iniciativas sumadas pueden ser la diferencia.

Por ello Puerto Plata debe constituirse en una especie de asamblea colectiva de lluvia de ideas para hacer un borrador del mañana.

¿Qué se hicieron las ideas? Las ideas deben aunarse para hacer un fuerte movimiento histórico que se ubique por encima de las diferencias de todas índoles para que el pueblo de Puerto Plata tome en sus manos su propio destino, pues de esa manera podrá corregir los errores que cometió en el pasado y en base a ello construir su propio futuro.

Puerto Plata debe pensar en pequeño y en grande al mismo tiempo. Los puertoplateños deben abogar por una cultura de la cooperación. Hasta la simple aportación de ideas de proyectos sería una gran aportación, por ejemplo: un ciudadano puertoplateño carece del capital necesario para implementar una idea que cree puede ser generadora de atractivo para el público y, sin embargo, al mismo tiempo, dicha idea puede generarle ingreso a quien la plasme en realidad. Profundicemos más en la ejemplificación: supongamos (recuérdese que estamos en el terreno de las ideas): a) que equis puertoplateño cree que sería un buen negocio, a la par que algo que generaría mucha atracción, tener un pequeño grupo de cebras (pongamos seis (6) cebras para hablar de un número concreto, pues pueden ser menos como pueden ser más) domesticadas y con las precauciones adoptadas para que los interesados puedan montarlas con seguridad con sillas de montar caballos a cambio de determinado precio como si se tratara de un caballo normal. Los obstáculos esenciales para implementar una idea como esa serían, por un lado, el costo de la compra de dichas cebras en Africa y su traslado a Puerto Plata; y, por el otro lado, el visto bueno de las autoridades competentes de Salud Pública. Supongamos que la idea en cuestión es expuesta y depositada por escrito a la asociación de los puertoplateños interesada en promover a Puerto Plata como destino turístico (como deberían de serlos también todas las demás ideas, pequeñas (como esa del ejemplo) o grandes (por ser sus implicancias de mayor envergadura)) y que algún puertoplateño interesado en invertir en algo novedoso que por ser tal genere atractivo y que le pueda generar dineros a él, acuda a dicha asociación o entidad de puertoplateños y les inquiera sobre si tiene algún catálogo de ideas para ver si puede escoger alguna de ellas y tratar de materializarla; en dicha entidad se les explica cada uno de los proyectos o ideas aportados por la totalidad de los puertoplateños interesados en tal sentido; el puertoplateño que anda investigando se interesa por esa idea o proyecto concreto de alquilar cebras para montarlas cual jinetes de caballos, tiene el capital necesario o puede adquirirlo, finalmente lo invierte cumpliendo con todos los requisitos estatales y materializa la idea en cuestión; b) otro puertoplateño ha aportado la idea de adquirir un globo aerostático para cobrar por dar paseos en el aire sobre Puerto Plata a los interesados en tal cosa; otro puertoplateño interesado en invertir acude a la entidad en cuestión, se le exhibe el catálogo de ideas y esa del globo aerostático es la que le agrada, tiene el capital necesario o puede adquirirlo, finalmente lo invierte cumpliendo con todos los requisitos estatales y materializa la idea en cuestión; larguísimo etcétera de ejemplos, pues la lista podría ser casi interminable, la cuestión es ponerse a pensar para que las ideas fluyan, sean recibidas y almacenadas en una especie de catálogo que permita darlas a conocer para que los interesados en materializarlas y con capacidad económica para materializarlas las materialicen.

En el turismo: planificar metas es clave; poner a volar la imaginación para la producción es clave.

Lo importante es que Puerto Plata se ponga en camino. Lo importante es crear la meta, mantenerla y reproducirla agrandándola en orden al bien común. De esa manera Puerto Plata puede llegar a ser dueña de su propio destino.

Por otro lado, Puerto Plata debe ser más internacional: en ese sentido otro ejemplo de falta de unidad y de consiguiente actividad al respecto, esta vez en el plano del reclamo, lo es el hecho de que Puerto Plata tiene construido desde hace bastante tiempo un poderoso músculo para su proyección turística a todos los niveles (nacional, regional y mundial): el anfiteatro de La Puntilla del Malecón: un músculo poderoso, poderosísimo, como su homólogo de La Romana, que fue lo que le permitió a esta proyectarse a nivel nacional, regional y mundial como destino turístico con las presentaciones de artistas internacionales que por allí han desfilado. A dicho músculo sólo le hace falta el cerebro y la consiguiente planificación que direccione las actividades a realizarse en dicho anfiteatro en el sentido de proyectar a Puerto Plata en los referidos ámbitos. Así tendríamos una Puerto Plata invadida por Conciertos y Súper Conciertos.

Puerto Plata debe pasar de la ilusión de la gloria colectiva que una vez tuvo a ponerse en marcha para recuperarla. El problema es de actitud.

Por Lic. Gregory Castellanos Ruano