(Fragmentos de artículos)
UNO
“Las elecciones son un marco adecuado para ver la realidad dominicana al desnudo, y desenmascarar la desdicha dentro del espesor mismo del fracaso de la organización social en la que nos han obligado a vivir quienes nos han dirigido. La democracia dominicana es un cuero, una ramera. Seis millones de pobres no me dejan mentir. Y quien mejor lo sabe es Leonel Fernández. Y es por eso que el sufragio no es más que una metáfora de la historia personalista, sin instituciones, que todavía en el siglo veintiuno permanece suspendida de la voluntad cesárea de un hombre que controla el poder del Estado y lo usa para su gloria personal. Un sujeto cuya ambición desmedida ha creado una camada de políticos-empresarios, y ha desplegado un uso axiológico y un uso histórico de la toda la miseria moral que nos ha abatido, imponiéndonos su megalomanía y usándonos como medios, no como fines”.
(17 de noviembre del 2011).
DOS
“!Este país es una conga encojonada!
Danilo Medina alcanza un 63% en la encuesta Gallup y muchos lo dudan. Yo, en cambio, ¡poquito me lo jallo! Porque tomando en cuenta que desde el fondo de la realidad social dominicana actual vivimos en una “cuasi-dictadura”, su porcentaje debería ser muy próximo al 100%”. No hay suma de dinero que Danilo no alcance, y lo ha usado a manos llena con prodigalidad hacia adentro y hacia afuera de su propio partido. Descuartizó a Leonel Fernández y compró a sus seguidores en el parlamento. Cercenó la democracia partidaria trocando reelección por reelección, dejando en sus puestos al ciento por ciento de los senadores y diputados y a más del noventa por ciento de los diputados. El 23% de los votantes es un voto cautivo de los programas asistenciales del Estado, y la maquinaria partidaria del PLD en más de veintiocho mil militantes medios se financia con fondos públicos”
(28 de abril, 2016).
TRES
“Todo lo sombrío que se podía leer en el rostro contraído de Leonel Fernández, tenía su causa primigenia en el sujeto llamado Danilo Medina que fingía sonreír a su lado. Danilo lo humilló, lo zarandeó y escupió usando el poder sin ninguna benevolencia; luego lo obligó a asistir al acto de su proclamación como un convidado de piedra (a pesar de su dimensión histórica en el partido ni siquiera habló), y lo dejó prendido a la pantomima de un líder venido a menos”.
(4 de febrero, 2016).
CUATRO
“¿Y no resurgirán en el 2020 los mismos argumentos de la cúpula económica danilista? ¿Puede una figura tan gris como José Ramón Peralta encarnar la continuidad del danilismo? ¿Cuál será el destino del doctor Leonel Fernández si Danilo se reelige? ¿Y el miedo a ser esculcados, investigados, analizados en profundidad, no impulsará a la cúpula danilista a borrar del mapa a Leonel Fernández, cuya significancia dentro del PLD es ya casi simbólica y nominal? ¿Leonel Fernández abandonará su terror al poder de Danilo y decidirá combatir? ¿Es compatible el nivel avasallante de la imposición de la imagen con un periodo de gobierno que solo llega hasta el 2020? Lo cierto es que Danilo Medina despliega el esplendor convulso de sus mentiras sin ni siquiera inmutarse, y lo hace contando con dieciocho millones de pesos diarios y con todo el Estado. Cualquiera no cree que su ambición se detendrá en el 2020”.
(14 de abril de 2016).
CINCO
“Ningún torneo electoral ha sido más desigual, ninguna de las apuestas del balaguerismo para lograr la reelección exhibió tan apabullante ostentación de riqueza ni el descaro inverosímil de la inequidad a través de esa gigantesca maquinaria de corrupción en el gobierno. Ni siquiera las elecciones que Trujillo organizaba alcanzan el nivel caricaturesco de éstas. Descaradamente parcializadas son una desconsideración a la idea de la democracia, porque la “realidad” del sufragio se puede disfrazar de democrática, pero el espesor de la corrupción, la amplia franja de la pobreza y la ignorancia la convierten en una pantomima de la libertad”.