03-03-16-43-43-9347344-850x560PUERTO PLATA.-En los últimos días se ha desatado una feroz controversia verbal con un ligero atisbo de movilización de una de las partes a favor y en contra de que el concejo de regidores y el INTRANT aprueben un trencito para dar servicios a cruceristas que arriben a Puerto Plata por la terminal marítima Taíno Bay.

Las partes envueltas son el director corporativo de los Aeropuertos Internacionales general Gregorio Luperón que opera en La Unión, Sosúa, provincia de Puerto Plata y el profesor Juan Boch, localizado en Catey, provincia de Santa Bárbara de Samaná, Carlos Rodoli Conde y la Federación de Taxistas del Norte.

Los actores envueltos en esta lucha tenaz han arrastrado a su favor y en contra a dirigentes de instituciones y personas, incluyendo comunicadores, que se han situado detrás del bando que creen que tiene la razón en este pugilato enconado o por interesada conveniencia mercurial o amiguismo.

Los partidarios del trencito de la discordia afirman de modo tajante que su oferta de transporte fortalece y hace más atractivo el destino que lo tiene todo y su servicio estará dirigido exclusivamente al grueso de cruceristas que se queda a bordo de los cruceros que no participa en tours fuera de la ciudad ni en city tours.

Aseverán que no representan una amenaza de disminuir la cantidad de cruceristas que mueven los miembros de la Federación de Taxistas del Norte, cuyos dirigentes principales han denunciado que les quitará unos 160 cruceristas del total que mueven que suman algo más de 200, por lo que perderían un 70% y se quedarían con un 30%, lo que los arrastraría a la ruina.

Los impulsores del trencito de la discordia podrían abrir una caja de Pandora si el concejo de regidores local aprueba en la sesión convocada para el día 12 del cursante mes de octubre y posteriormente el INTRANT dan su aquiescencia a los precursores de esta iniciativa inoportuna e innecesaria, porque la demanda de transporte de los cruceristas está satisfecha en cantidad y calidad.

Los excursionistas, que es como se les llama a los viajeros que no pernoctan en un destino, por lo menos durante una noche, tienen a su disposición 960 unidades propiedad de los taxistas, de las cuales sólo se utiliza una parte y la mayoría se utiliza en otras áreas del turismo y una buena parte se queda ociosa porque no se utiliza.

Una caja de Pandora, mítico recipiente de la mitología griega, la primera mujer creada por Hefesto por orden de Zeus, que contenía todos los males del mundo, fue abierta en 1986 alejando a la primera oleada de cruceristas que se extendió desde el referido año hasta 27 años después, cuando el 6 de octubre del 2015 arribó a Amber Cove en Maimón, el Carnival Victory, repleto de cruceristas.

La caja de Pandora que se abrió en 1986, se debió a la guerra sin cuartel y sin tregua que se desencadenó entre los dos bandos de transportistas que se disputaban sin tacto y de modo violento, casi rayando en el salvajismo, los cruceristas a lo que se le añadió la disputa entre la Agencia de Viajes Cafemba y la Asociación de Guías oficiales.

Los guías acusaron durante mucho tiempo a la dueña de la citada agencia de realizar una labor de zapa en su contra hablando mal a bordo de los cruceros a los cruceristas de su servicio utilizando a oficiales de la embarcaciones, lo que provocó que los guías cansados de demandar de las autoridades de Turismo el cese de la difamación en su contra agredieran de manera salvaje a un oficial del lujoso crucero “Skyward”.

Ese acto imprudente de los guías que perpetraron la acción, contraviniendo el principio legal de no tomar la ley en sus manos, orilló a las líneas de cruceros que tocaban el puerto local a tomar la también radical decisión de retirarse del destino turístico de Puerto Plata, que se quedó sin turismo de cruceros.

Dependiendo cómo manejen las autoridades municipales y del INTRANT la solicitud de que le den luz verde al trencito de la discordia, que el momento no es necesario, y éste lleve a la quiebra a los taxistas turísticos que adeudan unos RD$1,500.0 millones, podría abrirse de nuevo la caja de Pandora, que se aperturó en 1986 sepultado nuestro turismo de cruceros.