TORMENTA ARENA 3Ramiro Francisco

En nuestra etapa de la adolescencia, nos encantaba dentro del Atletismo, la carrera rápida. Cien y 200 metros planos, además de la práctica  del salto largo.

Pasado el tiempo, de cuando en vez caminamos, pero no hemos vuelto a saltar de aquella manera. Si lo hacemos…los tornillos, tuercas, arandelas y todo lo que aprietan, saltarían por las nubes.

Hay quienes suelen dar muchos saltos en el ejercicio de sus funciones en la administración pública. Saltos para evadir o esconder responsabilidades, olvidando que sus estructuras físicas ya no soportan esos esfuerzos y se destrozan.

Otros, ayudados por los rebotes se parecen a los canguros, pulgas, monos, tigres y cualquier otro animal o insecto.

El peligro entendemos, es que un águila o halcón, puede echarle mano en el aire, o caer en el lugar equivocado.

En nuestra sociedad, esa a la que el profesor Bosch, dedicó parte de su existencia para forjar ciudadanos críticos, hay una competencia inaudita, sorprendente, insólita de quien salte más.

Saltamos al tratar de evadir impuestos. Lo hacemos truqueando para no pagar los servicios de energía, cable, teléfono, agua, pago de alquiler de vivienda, a quien nos presta al módico 20…en fin.

Algunos políticos que llegan a ejercer cargos de importancia en la administración pública desde altas instancias hasta funcionarios de octava categoría y con acceso a fuentes de dinero, se mantienen dando saltos escondiendo, quemando papeles, sobornan y compran voluntades  defensoras que puedan de ser posible, llorar y cargar una cruz a su favor en caso necesario.

Y en esa competencia de saltos se pueden encontrar síndicos, regidores, gerentes-administradores, legisladores, presidentes, dueños de medios, periodistas, comunicadores, lobistas, empresarios, y quien menos uno pueda imaginarse.

No duermen bien. Tienen dinero, forman parte de la “alta sociedad” pero no tienen paz. ¡Saltan mucho!

Ven la nube que se acerca, y no es la nube de arena del desierto del Sahara.

ramiro_francisco@yahoo.com