SONAJERO
Grisbel Medina R.
En vez de flú rojo usa corbata morada y ocasionalmente sandalias para manejar yipeta de cristales tintados (para hacer bellaquerías) o su Mercedes Benz para llevar juguitos y galletitas a los agentes de AMET por las vivísimas calles de la ahora muy querida novia del Atlántico.
El Santa Claus caribeño tiene 72 certificados en su oficina de abogados y le apodan “El Querido” porque es un “tipo cariñoso”, enamorador. Con sueldo seguro del erario, específicamente de la nómina de Industria y Comercio, el exdiputado de Puerto Plata, Alfonso Crisóstomo, ha refregado en la cara de AMET el hambre que suele quitarle por su conocida “bonhomía y sencillez”.
Y precisamente por ese derroche de bondad el exlegislador no podía comprender cómo el Coronel no atendió sus llamadas cuando acudió con la fuerza de un “come hombre” a retirar un vehículo sin marbete de su “segunda base” sentimental.
El episodio deja claro que un servidor público es pose en el Congreso y toro bravo que orina injuria en la calle.
Por suerte para los contribuyentes y para desgracia del Querido, las redes sociales proyectaron su enorme brío y el discurso de orilla que distingue al exlegislador.
Por más que se justifique implorando el principio de la provocación, Crisóstomo no puede ocultar el mal olor de su refajo. Y para colmo este “come gente” cuyo sueldo pagamos, se confiesa un hombre bellaco cuando anda con los cristales tintados de su vehículo de alto cilindraje. ¿A cuáles bellaquerías se referirá el Querido? ¿A visitas furtivas, trasiego o gimnasia con compañeras ocasionales? Este país fácil que se hunde empujado por el alto clero si una mujer política de rango congresual se confiesa dueña de una “segunda base” sentimental.
La crucifixión vendría segura si es mujer la que decide instalar públicamente un “querido”. Pero como es el palabroso “Querido” de Puerto Plata, presidente municipal del PLD, ni su partido se inmuta por las bajezas y “bellaquerías” de su representante en la citada comarca. Cierren esto y boten la llave.