Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
Bahía de Plata
Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
I
Olas vienen,
olas hacia las orillas van.
Deslizándose sobre el vaivén de las olas
surcan las grandes naves y las chalupas sus aguas.
Causan las quillas de las primeras
y los remos de las chalupas
la rotura de sus espumas
multiplicando la preciosura de su albura.
II
La Bahía, terminada en dos puntas
(una hoy nombrada Punta Fortaleza,
la otra por los indígenas llamada Cafemba),
adopta la cuasi redonda forma de una verdadera herradura.
III
En la plenitud
fantástica,tocado por la alucinación poética,
Colón bautizó casi todo lo que estuvo a su vista.
Siendo «Puerto de Plata«
noción distinta a la noción de la herradura que conforma la Bahía,
¿se despertaría nuevamente esa plenitud fantástica
para llamarla «Bahía de Plata«?
IV
¡Qué luz la nuestra!
Penetraba un rayo de sol
rasgando,
con su brillante esplendor,
las gruesas cortinas de blanco algodón
e igualmente enguantada de blanco aquella bahía le recibía.
La blancura de su luz
se filtraba entre nubes por la almena que se formaba,
especie de centro de un círculo de luz que proyectaba
luz de plata en la Bahía de Plata.
¿Porqué no puede la alucinación poética,
ahora, así bautizarla:
como «Bahía de Plata«?
Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
Bebiendo el agua de la Bahía en el reino del tiempo
Por Lic. Gregory Castellanos Ruano
I
Conozco un rito ancestral
devenido una hermosa letanía visual,
que tiene un protagonista
que de la Bahía de Puerto Plata
al agua cautiva y rapta.
II
Con su origen perdido
en el alba de los siglos,
se repite día tras día:
es un ciclo
indetenible y monótono:
es todo un rito.
III
Cada día
el Sol cruza la Bahía
e implacable y abrasador calienta su agua,
la evapora,
bebe del agua de la Bahía.
Desde las más antiguas edades referidas por la Geología,
desde el primer albor
bebe el agua de la Bahía
con la sal de su amargor.
Para seguir hacia el Oeste una eterna ruta
nació ese sol de fuego;
desde la noche de los siglos
en ella permaneció estancado;
no sé cuál fue el pecado
por el que a ella fue condenado:
es una órbita inviolable
clavada eternamente
en el reino del tiempo.