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SOSUA, Puerto Plata.-Representativos de la comunidad de Sosúa, Puerto Plata, denunciaron que la prostitución y la venta de estupefacientes de día y de noche de cada día del año están dañando este destino turístico y provocando una merma sustancial del flujo de turistas extranjeros y nacionales, afectando la ocupación hotelera y la economía de este municipio.
Sectores vinculados a la actividad turística local, que prefirieron no identificarse por temor a ser agredidos por dueños de lupanares y sicarios al servicios de los varones de las drogas, demandaron de las autoridades un mayor control sobre los negocios de diversión y la prostitución, los cuales están afectando la imagen de ese destino turístico.
Los demandantes denunciaron que el daño no se queda en la esfera del turismo, sino que también está dañando severamente a niños y adolescentes, que se tropiezan bien temprano, cuando van camino a las escuelas y colegios, con personas borrachas y endrogadas, así como con meretrices que retornan a los sectores donde residen, de manera permanente o temporal.
Lamentaron que nada de lo prometido por el Procurador General de la República, Jean Alain Rodríguez y otras autoridades para enfrentar esa situación que ha provocado una merma sustancial del turismo familiar en la zona, se haya cumplido, ya que se han limitado a realizar unos cuantos operativo mediáticos y promesas de acciones incumplidas, tras los cuales todo ha continuado manga por hombro, en franco deterioro y descomposición.
Los quejosos denunciaron de manera pesarosa que cada día es mayor la presencia de trabajadoras sexuales provenientes de gran parte del país, no solo de noche, sino a cualquier hora del día, deambulando con desparpajo y descaro por las calles de este destino turístico tan preciado en el pasado por su belleza, su tranquilidad y su seguridad y hoy ha devenido en tierra sin control, donde los capos y proxenetas imponen su “anestesiante ley a las autoridades”.
Del mismo modo, los peticionarios hicieron de público conocimiento el desorden prevaleciente en el tránsito, ya que los vehículos, cuyos propietarios frecuentan los centros de diversión, se parquean de manera paralela y el tránsito vehicular opera de una manera caótica, dando la impresión de que el poblado de Sosúa es un infernal pandemónium.
Solicitaron al Procurador General de la República, Jean Alain Rodríguez, al Ministro de Turismo, Francisco Javier García, al Director de la Policía Nacional, Mayor General Ney Aldrin Bautista, que tomen por los cuernos al buey del desorden, el caos, la conducta descompuesta y otros males y se le meta en cintura, llevando los negocios que propician la situación al final de la calle Pedro Clisante.
Los autores de esta requisitoria a las autoridades expresan que deben actuar con premura, porque no se puede continuar dando larga a las acciones contundentes que hay que motorizar para parar ya, sin perder un minuto más, para frenar una situación tan bochornosa, que está enterrando a pasos acelerados a Sosúa, comunidad de la que se han apoderado de manera impune la prostitución y el narcotráfico, con la complicidad de los que tienen que combatir esos flagelos.
Es tan escandaloso y preocupante el deterioro moral imperante en el destino turístico de Sosúa que los ciudadanos sosuenses que formularon las denuncias a este medio, bajo la condición del anonimato, han solicitado la intervención de las organizaciones que promueven el desarrollo de la provincia de Puerto Plata, incluyendo la Cámara de Comercio, El Cluster Turístico y la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas del Norte (ASHONORTE) para que los secunden en su lucha contra las lacras denunciadas.
Expresaron que las autoridades responsables de combatir dichos males no pueden seguir de brazos cruzados, mientras que el cáncer que tienen que extirpar sigue ganando terreno de manera inexorable está a punto de hacer metástasis en el cuerpo de Sosúa, que fue hasta hace algunos años, un fuerte y promisorio destino turístico, que en la actualidad está a punto de ser convertido, irremediablemente, en cadáver.