Por Manuel Gilbert

PUERTO PLATA.-La puesta en funcionamiento en los años 2015 y 2021 de dos modernas terminales de cruceros ha sido una especie de tabla de salvación del prestigio del destino turístico de Puerto Plata, cuyo turismo aéreo ha descendido de manera notoria situándose en un sitial nada apetecible.
A principio de la década de los años 70 Puerto Plata comenzó a enseñar sus músculos y unas credenciales promisorias con la primera ola de turismo de crucero, con la cual se situó en el mapa turístico de República Dominicana y el Caribe.
A lo largo de una década su belleza, su ambiente lúdico insuperable motivaron a la mayoría de líneas de cruceros a enviar parte de sus cruceros que para la época no eran tan grandes y modernos como los que surcan el Atlántico caribeño.
La Tacita de Plata era tan demanda en esa primera fase del crucerismo que a su destartalada y vieja terminal erigida en el 1918, llegaron a arribar siete cruceros por semana suscitando un gran movimiento económico en Puerto Plata.
Fue tal la pujanza que desencadenó el arribo del Boheme que Puerto Plata vio cómo resurgieron sus negocios productivos y de recreación, los cuales habían desaparecido, provocando que el ejército de los desocupados desaparecieran de modo significativo.
Después de un decenio de nuestro puerto estar recibiendo casi a diario uno, dos y, en una ocasión, tres cruceros, de los que casi dependíamos el dinamismo que exhibía nuestra economía, casi a mediados de 1980 Freddy Cabrera recibió en la recepción del hotel Jack Tar Village los primeros turistas que arribaron a Playa Dorada.
Ese mismo año, el Aeropuerto Internacional Gregorio Luperón construido durante la gestión del doctor Joaquín Balaguer y puesto en servicio en el gobierno de Antonio Guzmán Fernández, inició sus operaciones dando un importante impulso al flujo al turismo aéreo, a la hotelería y al destino Puerto Plata.
Este enclave turístico se mantuvo como puntero en la República Dominicana, desde 1980 hasta el 2001, cuando por la miopía que se adueñó de las autoridades, el empresariado hoteleros y los dirigentes de las instituciones responsables de la conducción de esa lucrativa actividad, los que provocaron la muerte de la gallina de los huecos de oro.
Sin contar los turistas que arribaron al país en el mes de diciembre Punta Caña recibió 1,410,733 viajeros extranjeros menos en el 2021 con respecto al 2019, diferencia que disminuirá cuando se le sumen los vacacionistas que llegaron por su terminal aérea durante el último mes del año pasado.
Por terminal de las Américas José Francisco Peña Gómez, en cambio, llegaron hasta noviembre 78,446 mil menos que en el 2021 y el aeródromo Cibao tuvo un saldo positivo de 32,000 mil, siendo la única terminal del país que registró un crecimiento con respecto al 2019.
De su lado, Puerto Plata cayó sustancialmente el arribo de visitantes extranjeros, registrando un descenso en los primeros once meses del 2021 del orden de los 216 558 viajeros foránneos; La Romana, de su lado, registró una caída de 33,628 durante el periodo analizado y el Catey de Samaná sufrió un desplome notorio de 66,212 en el mismo lapso de tiempo.