12243304_797313800377969_1516198911719929389_nManuel Gilbert

PUERTO PLATA.-Los sábados y los domingos una gran cantidad de puertoplateños se están dando cita al parque de la puntilla atraídos por las luces que han sido puestas en funcionamiento por la compañía contratista de la obra valorada en RD$252.0 millones.

Tan pronto cae el sol comienzan a arribar en vehículos de distintas marcas tanto por la calle del Pie del Fuerte como por la entrada de acceso al área del malecón destinada a la ejecución de espacio de esparcimiento, el cual incluye un anfiteatro.

Los vehículos estaban siendo parqueados desde la entrada hasta la parte de frontal del anfiteatro, pero este fin de semana los contratistas decidieron cerrar una parte del espacio que se estaba destinando a parquear los vehículos para evitar daños a algunas de las instalaciones del complejo turístico.

Debido a la falta de asientos, una parte importante de los visitantes se están sentando en las sillas que llevan y los restantes lo hacen en los muritos que servirán de base a los asientos que se proyecta construir, los cuales, a todas luces, serán insuficientes.

La cantidad de personas que se está viendo forzada a quedarse de pies, está poniendo de manifiesto el garrafal error que se cometió con la eliminación de los asientos de la barandilla que fue eliminada desde la calle San Felipe hasta el extremo de la puntilla.

A aparte de lo necesaria que era la barandilla como asientos para el público que se dará cita al parque de la puntilla, también servía como muro de protección en el espació comprendido entre la muralla de la Ciudadela de Luperón que da a la playa hasta la puntilla.

Evidentemente que los talones de Aquiles del parque de la puntilla consisten en la eliminación del pavimento y las barandillas, la poca cantidad de asientos que el público tendrá disponible y la lejanía de los baños, sobre todo, para las personas discapacitadas.

Otra falla elemental que se ha producido en la construcción de esta obra recreativa es no haber dotado al anfiteatro de un restaurante, para que los que se den cita al parque y al anfiteatro de la puntilla puedan comprar alimentos y bebidas.

Nadie se explica cómo se cometieron esas omisiones que cualquier principiante en arquitectura o ingeniería pudo advertir con antelación cuando se estaba diseñando el proyecto o cuando ya estaba en proceso de construcción.

El ministerio de Turismo y el Comité Ejecutor de Obras de Infraestructuras en Centros Turísticos (Cestur) deben subsanar esas carencias y fallas que acusan el parque y el anfiteatro de la puntilla para que el público los disfrute a plenitud de manera más cómoda y placentera.

Turismo y Cestur deben ordenar que las omisiones mencionadas comiencen a ser corregidas cuanto antes por la compañía contratista, porque no es justo que obras tan costosas como son el parque y el anfiteatro de la puntilla del malecón de Puerto Plata adolezcan de tantas fallas, que se traducirán en incomodidad para el público.