gregory-castellanos-ruanoPor Lic. Gregory Castellanos Ruano

«Nuestras dudas se desvanecieron en seguida, antes incluso de lo que yo pensaba.«

(Bronté, Emily: Cumbres Borrascosas, página No. 250)

Hay dominicanos que, de buena fe, están celebrando que Kenya haya dado un paso al frente ofreciendo mil (1,000) soldados kenyanos para contribuir a implantar el orden en Haití resquebrajado por la práctica disolución del Estado haitiano y el predominio de bandas armadas.

Ojalá y no estén dichos dominicanos celebrando lo que yo creo puede ser amolar cuchillo para nuestra propia garganta.

Todo parece apuntar en la dirección de que el Canciller dominicano, Roberto Alvarez, está buscando a `la enfermedad como medicina` ya que lo que él propone como remedio puede resultar peor que la misma enfermedad.

Eso de los mil (1,000) soldados kenyanos para contribuir a implantar el orden en Haití podría resultar la cabeza de playa de un plan más vasto que con ese aporte de ese país africano ha recibido el traje de camuflaje más perfecto para una eventual ulterior intervención militar extranjera en la República Dominicana.

Ello así porque eso podría involucrar a más países africanos, que, de hecho, ya he visto que otros también se han auto propuesto para engrosar al inicial grupo kenyano, y, de consiguiente, podría involucrar a la Unión Africana (UA), cuyos países  integrantes, no es un secreto para nadie, en su inmensa mayor parte, son de raza negra y responden como una fiera ante lo que ellos consideran racismo. Igualmente he visto hasta a países del área del Mar Caribe, a países miembros del CARICOM, que también se han auto-propuesto para integrar la fuerza de intervención militar en Haití. Hay que recordar que desde el CARICOM se lanzaron proclamas anti-dominicanas porque supuestamente la República Dominicana es racista, haciéndose así eco de los eslóganes haitianos.

Si países africanos envían sus contingentes y se establecen en Haití, dichos contingentes estarían a tan sólo un paso de poder introducirse en el territorio nacional dominicano para erradicar el «Apartheid« en el Mar Caribe que supuestamente tenemos los dominicanos, para erradicar el «Apartheid en el Mar Caribe« que supuestamente se instaló en esta Parte Este de la isla desde mil ochocientos cuarenta y cuatro  (1844) como consecuencia de las prédicas y las acciones de Juan Pablo Duarte y de Los Trinitarios.

Según esa concepción maniqueista cuya bandera tremola Haití en el escenario internacional Juan Pablo Duarte sería una especie de Pieter Botha o cualquier otro líder blanco sudafricano anterior a Botha y nosotros los dominicanos los hijos de Pieter Botha o de ése cualquier otro líder blanco sudafricano anterior a Botha y ellos, los haitianos, los Mandela que luchan contra un Apartheid.

Ojalá y yo esté totalmente equivocado, pero ojalá y que no sea peor para la República Dominicana el remedio propuesto que la enfermedad.

 

La solidaridad de esos países africanos es de naturaleza racial, del mismo modo que lo ha sido la de los países del CARICOM que mantuvieron, mantienen y mantendrán una campaña de descrédito contra la República Dominicana tildándola de racista en el plano internacional.

Si Estados Unidos, Canadá y Francia querían ocultar lo más posible su intención deliberada de disolver a la Nación y al Estado dominicanas ahora tienen en sus manos el camuflaje más perfecto para ello. …Hay inteligencias al servicio del mal que saben envolver en banderas de metal precioso sus objetivos…

Tendríamos así la amenaza de las botas de la UA y de parte del CARICOM anti dominicano santificadas por un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, que hasta ahora no ha salido, y con esa presencia del CARICOM también tendríamos asegurada la amenaza de la Venezuela chavo-madurista pro-haitiana y anti-dominicana y, con toda certidumbre, a la OEA, tanto en su parte pro-estadounidense como en su parte pro los países a los que han llegado gobiernos de izquierdistas.

Y Estados Unidos, Canadá y Francia: «¡Enchantés¡«

El caucus negro estadounidense   –que ejerce una influencia enorme sobre el gobierno estadounidense y que todo lo ve desde una óptica racial, y por eso le importa un comino la Historia dominicana–   igualmente:  «¡Enchanté!«

Bajo ese camuflaje, bajo ese disfraz, se les facilita todo a Estados Unidos, Canadá y Francia en su propósito de lograr la fusión entre los haitianos y los dominicanos.

Ni el Ministro de Relaciones Exteriores dominicano ni su superior alcanzan a ver ni siquiera los aspectos superficiales de las honduras insospechadas a que nos expone esta misión que se quiere iniciar con Kenya y esos otros países africanos. …Ni creo que les interese siquiera pensar en dichas honduras…

…Sólo espero que los grupos nacionalistas comiencen a organizarse debidamente en todos los planos, en todos los planos sin excepción incluyendo el militar, pues la Nación dominicana ha entrado en un ambiente histórico completamente diferente y hostil, literalmente de amenaza para su subsistencia en la Historia y es demasiado obvio que a los políticos que han gobernado la República Dominicana después de Joaquín Balaguer no les importa para nada la clara disolución en curso vertiginoso de la Nación y del Estado dominicanas.