VACAS SAGRADASRamiro Francisco

Lo que apenas conocemos de la India, es por la lectura, la facilidad hoy día – a través de la Internet – de adentrarse en la cultura de cualquier país del mundo, por muy retirado de nosotros que se encuentre y por alguna experiencia narrada por un amigo a esa lejana nación como es el caso del distinguido maestro José Ramón Jiménez del Villar.

No es que existía alguna duda sobre lo que leíamos sobre las vacas sagradas de la India, pero Jiménez del Villar nos contó como las vacas allí, pueden ir por donde les plazca sin ser molestadas, donde a veces es necesario hasta desviar el tráfico. Es como si no hubiera leyes contra ellas.

De ahí, se traspasa esa figura de “vaca sagrada” a lo político, al “sistema”, donde no es otra que aquellos hombres y mujeres que han servido durante algún tiempo al partido y al gobierno (cualquiera sea), realizando trabajos “especiales” y logran permanecer durante muchos años en la administración pública de cargo en cargo, sin importar el gobierno ni partido.

Si por alguna razón incurre en alguna “indelicadeza” o “cae en un gancho” por personas de otra “corriente”, sabe mover teclas en cualquiera de los puntos cardinales, sin importar la gravedad del hecho y al final de los juicios –si acaso se llega a ellos – se torna altanero, desafiante, con una valentía digna de Rambo donde solo hace falta que se le pida perdón nacional y se le conceda la Orden del Culebreo mención Vaca Sagrada.

El martes 28 de febrero del pasado año 2017, en el periódico Listín Diario, la periodista Deyanira Polanco, al tratar sobre el discurso de rendición de cuentas del mandatario en el primer párrafo de la información calzada con su firma dice lo siguiente “Danilo Medina dijo que el primer abanderado en la lucha contra la impunidad es él y que en su gobierno no hay ni habrá vacas sagradas, al referirse al caso de Odebrecht, donde la constructora brasileña admitió que pagó 92 millones de dólares en soborno en la República Dominicana.

De aquel discurso a hoy que nos lee usted, han ocurrido muchos «terremotos» en nuestro país.

 Por lo acontecido y por lo que falta, podemos tener una idea somera, superficial o vana, de si realmente o no, existen “vacas sagradas” entre nosotros, y si continuarán disfrutando del pasto dejando solo a su paso el rastro de estiércol, como lo hacen los rumiantes de la India.

¿Hasta cuándo?

ramiro_francisco@yahoo.com