Uno de los últimos gestos del año 2017 del papa Francisco ha sido la difusión de una imagen para denunciar el horror de la guerra.
Se trata de una instantánea tomada por el fotógrafo estadounidense Joseph Roger O’Donnell en 1945 después del bombardeo atómico de Nagasaki por parte de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. La imagen muestra a un pequeño de diez años que guarda cola en un crematorio con el cadáver de su hermano menor atado a la espalda.
El papa Francisco ha elegido esta dura imagen y la ha acompañado de las palabras «fruto de la guerra» y su firma. Según Vaticannews, la fotografía impresionó «fuertemente» al pontífice, para quien las guerras son el «signo flagrante» del orgullo «reincidente y absurdo» de los hombres. Francisco quiso darle la máxima difusión imprimiéndola en una postal, ya que la instantánea se ha convertido «en un trágico símbolo de la crueldad de la guerra«.
«Las pequeñas y grandes ofensas a la vida, a la verdad y a la fraternidad, causan múltiples formas de degradación humana, social y ambiental«, afirmó también el pontífice durante la homilía del 31 de diciembre, según recoge EFE.
El papa Francisco comenzará este año 2018 con una misa y un Ángelus a las 12 del mediodía en la plaza de San Pedro por la solemnidad de Santa María.