Ese nicho turístico perduró hasta finales de la década de los 80 o principios de la década de los 90, cuando cruzó a quita sueño, ubicado frente al extremo de la puntilla, el último cruceros de la referida etapa.
Tuvieron que transcurrir unos 25 años para arribara a Amber Cove de Maimón, el “Victory Carnival”, perteneciente a la última generación de cruceros que surcan los mares del mundo repletos de turistas hábidos de aventuras.
Para llegar al arribo de “El Boheme”, tuvimos que pasar por el “Feltre”, que fue la primera embarcación turística de gran calado que arribó a Puerto Plata a comienzo del Siglo XX y los buques de cargas procedentes de Europa que traía a bordo unos cuantos amantes de los viajes marítimos.
Tras el desplome del turismo aéreo u hoteleros el turismo de cruceros ha sido la tabla de salvación del destino Puerto Plata, contribuyendo a pesar del oligopolio de Carnival y Taíno Bay y otros actores que incursionan en ese nicho del mercado turístico local, que acaparan en su provecho casi exclusivo a los cruceristas.
A pesar de oligopolio que realizan en su favor las líneas de cruceros, esta modalidad de turismo ha salvado a Puerto Plata, ya propicia la inyección de recursos frescos a su relantizada economía, que requería un empujón, que la hubiese impactado mucho más si los beneficios que deja a unos poco. se repartiera mejor.