gregory-castellanos-ruanoPor Lic. Gregory Castellanos Ruano

En el micro cosmos literario de Puerto Plata ha hecho aparición alguien que, sin el más mínimo temor a equivocarme, será una estrella que brillará con mucha intensidad y trascenderá las fronteras de nuestra provincia para ubicarse con justa dignidad y distinción en el macro cosmos literario nacional.

El título que elegí para escribir las presentes líneas lo seleccioné porque la persona a quien me refiero será, con toda certidumbre, citada en obras de Antalogía de la Literatura de Puerto Plata y, estoy plenamente seguro, en obras de Antología de la Literatura Nacional, y, por eso, llamo la atención para que sus conciudadanos puertoplateños lo conozcan en vida y conozcan su producción literaria.

No esperemos a que ésa persona muera para empezar a leerlo y a reconocer su valía escritural, lo cual a veces es moneda común en el mundo de la Literatura; verbigracia un botón: la poetisa Emily Dickinson, de Estados Unidos, vivió siendo poetisa sin siquiera saberlo su propia familia, escribió poemas, se los guardó y tras élla morir sus familiares encontraron en su habitación casi mil ochocientos poemas escritos por élla que hoy por hoy la consagran como una de las más grandes poetisas estadounidenses, quizás la más conspicua.

No sé si el autor a que me refiero alcanzará la fama a corto plazo, a mediano plazo o a largo plazo. Pero de lo que sí estoy seguro es de su nombre figurará dentro de los famosos de la Literatura puertoplateña y de la Literatura Nacional.

A quien me refiero es a don Amado Rodríguez.

Don Amado Rodríguez es el propietario de una humilde librería situada en el Sector  INVI, específicamente a una esquina de la parte Este de donde está la estación  de autobuses de Caribe Tours en la ciudad de San Felipe de Puerto Plata. La librería lleva por nombre «La Fuente«.

A ella he acudido en numerosas ocasiones, cada vez que el tiempo en Puerto Plata me lo permite a la salida de alguna audiencia, a comprar libros de mi interés y coincidencialmente me he encontrado con la gratísima y gran sorpresa de que esa fuente no sólo provee libros, sino que su dueño es un escritor auténtico. El descubrimiento se produce al él regalarme un ejemplar de su fábula «El ratón y la sombra« y al luego yo preguntarle que si él había escrito alguna otra narrativa, siendo la respuesta la de que sí y me regaló la escrituración digital de su próxima obra a publicar y me pidió que antes de él publicarla yo le leyera  «El fantasma del compatriota«, que es como se titula, para que yo le diera mi opinión al respecto.

Es así como he tenido la oportunidad de leer «El ratón y la sombra«, una fábula, reitero: ya publicada, y «El fantasma del compatriota«, un cuento, todavía inédito.

Es evidente que Don Amado maneja la técnica narrativa de ambos géneros y que la domina por mucho. En dichas dos obras predomina un estilo sencillo y ameno dotado de ideas claras, lo cual es esencial en dichos dos géneros, y que es el viento que sopla y empuja para llegar con ávido interés hasta el final.

Se puede decir con propiedad que en Puerto Plata (que lamentablemente por los egos inflados y las sin razones es un medio tan cerrado y en que el espíritu mórbido de desmeritar al otro o a los demás es algo corriente), ha escapado hacia la libertad una mente imaginativa que dará mucho de qué hablar en forma positiva.

Lo que Don Amado ha producido forma parte ya del patrimonio intelectual puertoplateño: se trata de verdaderas joyas paridas por su imaginación.

Don Amado proviene de una formación ideológica de izquierda moderada, resalto esto porque «El fantasma del compatriota« desarrolla su trama en torno a la muerte del Dr. Joaquín Balaguer, quien fuera mi líder político, y quien, estoy seguro, hubiera sido el primero en aprobar la calidad literaria del cuento de Don Amado y, más lejos aún, hubiera pedido que le leyesen la producción completa del autor.  En ese sentido, hasta ahora sólo conozco esas dos obras, pero con motivo de él entregarme la escrituración digital de «El fantasma del compatriota« me comentó que tenía muchos otros escritos entre ellos algunos relativos a leyendas. Por lo que esperamos con avidez el poder leer esas otras obras de su pluma privilegiada.