Estamos en fiestas, y no se vería de mucho agrado que uno continúe con todas las “vainas” que uno ha tratado durante el año so pena de ser llamado “tarado, amargado y desequilibrado”. Noten que hay cinco expresiones que riman…tratado, llamado y las últimas tres.
Tres, fueron los magos o reyes de Oriente, que guiados por “una estrella” llegaron hasta el Nacimiento.
Algún día tal vez podamos entender, por qué la Divinidad escoge a personas no hebreas para realizar Su plan, y no a actores del Sanedrín o algunos de los saduceos o fariseos.
Finaliza el año. Otro más en que con un extraordinario manejo comunicacional, se pretende echar en el cajón del olvido casos como Odebrecht, los Tucanos, el hospital de Sosúa, la terminación de los puentes de Maimón y la solución al vertedero de esta ciudad de Puerto Plata.
De los primeros citados, pocos creemos que se vaya a impartir justicia plena cuando no se sabe aún, si están todos lo que están o faltan más.
En países como Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Panamá y El Salvador, respecto a Odebrecht, hay presidentes y ex presidentes que han sido investigados y hecho presos…otros andan huyendo, mientras que en República Dominicana nos tienen como las ondulaciones del mar, quizás en busca de que el ciudadano ni se interese por ese caso.
Muchos de los que escribimos en periódicos y redes, y somos “analistas” en radio y tv, preferimos dar a conocer la cantidad de canastas recibidas, fiestas por doquier, repartos, fotos, abrazos, ofrendas, limosnas…y si somos “comunitarios de Juntas de Vecinos”, por “órdenes superiores” pedirle al presidente una nueva repostulación, por aquello de que es mejor nadar a favor de la corriente.
“El lobo, que cuando tratan de arrebatarle la comida no muestra los colmillos, terminará por convertirse en perro, y vivirá sobreviviendo de los huesos que quieran darle”.
Al ejercicio de una prensa contra-poder, se le da lectura de enemigo del gobierno y del progreso. Opositor amargado y empedernido.
Llegará el tiempo esperamos no sea muy tarde, en que nos daremos cuenta del inmenso valor que ha tenido y tiene en cualquier sociedad, el ejercicio de una comunicación responsable, seria y alejada del chantaje y la extorsión.
A ese ejercicio, es que los malos funcionarios y sus acólitos casi no toleran. Porque hace despertar del letargo y anomia social en que hemos vivido durante muchos años.
Años, en que muchos han dejado la vida al luchar por una sociedad digna de mejor suerte.