Como les dije, los que nos beneficiamos al escribir en estos medios debemos cuidarnos para no caer en la tentación de responder ciertas declaraciones, hacer caso a otras y dejar de lado, obviar, otras que son lanzadas como anzuelos a los fines de atrapar voluntades.
Si eso es a la Iglesia Católica, que no le hacen caso con las tantísimas veces que desde hace décadas combate la corrupción…
Si en otras instancias de la administración pública del presente gobierno, hay más problemas o crisis que en el poder judicial…
Si entre los mismos grandes actores de la película “Jueces y Fiscales Siniestros” existe una desconfianza que raya entre lo paranormal…
Si con la prisa o velocidad con que se aprueban presupuestos, préstamos, adendums y esas cosas en nuestras cámaras legislativas…
Si la completa libertad e independencia con todo y fronteras que existe entre los poderes del Estado –dijimos del Estado- no poderes de Candelo, Papá Liborio, Belié Belcán, Anaísa…les permite actuar sin interferencia alguna…
Si pudiéramos tan solo imaginarnos, la guerra mediática que nos espera en la siembra de odios, envidias, malquerencias, recelos y egoísmos para que todos dudemos de todos…
Cuando podamos comprender, que hoy nos roban un celular y mañana nos roban la vida misma…
Cuando por fin nos demos cuenta como seres humanos, como ente social, como ciudadanos, que hemos sido permisivos, indiferentes, cobardes e irresponsables para asumir nuestro rol que nos corresponde en la sociedad, observaremos el calendario y entonces despertaremos para saber que ya pasaron las elecciones.
Quisiera estar equivocado.
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