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Por: CARLOS OGANDO

La República Dominicana es el país de América Latina que más ha crecido en los últimos 50 años, sin embargo no ha cerrado la brecha de la deuda social que tiene con los ciudadanos. El año 2015 encuentra sin resolver los problemas de pobreza, desempleo, narcotráfico, corrupción, salud, educación (aun habiéndose construidos más de 10 mil aulas), la delincuencia y los bajos salarios que prevalecen, que no alcanzan para cubrir ni el costo de la canasta familiar.

Estados Unidos de América, el país por excelencia modelo de nuestra economía, decretó el alza en el salario mínimo de todos los trabajadores, estableciendo el precio de la hora en US$7.50 dólares la hora, lo que equivale a US$1,454.00 dólares al mes, que comparado en pesos es igual a RD$66,980.00 pesos mensuales. Mientras que el salario mínimo de nuestros trabajadores es de RD$8,500.00 pesos; esto quiere decir que es seis veces menor que el de un obrero norteamericano.

El costo de la canasta familiar en nuestro país es de alrededor de RD$28,500.00 pesos mensuales según encuesta del Banco Central y que se parece mucho al mínimo de subsistencia establecido por la Dirección General de Impuestos Internos, que para el 2014 rondaba los RD$29,500.00 pesos, que es el  promedio del salario que está exento del pago de impuestos.

Si observamos el presupuesto nacional del 2015 podemos ver que no existe equidad territorial y mucho menos  existirá una distribución equitativa entre los rubros más importantes en que se clasifica el gasto presupuestal, para que se pueda hablar de eficiencia en la aplicación del gasto, pues si no existe la distribución de acuerdo al tamaño y a las necesidades de nuestras demarcaciones geográficas, tampoco lo habrá en términos de ciudadanía.

En una mirada a la ejecución presupuestaria del periodo Enero – Septiembre del 2014 podemos ver que los rubros más importantes ejecutados son: Los servicios sociales (Vivienda, salud, educación, protección social, cultura, deporte y religión) que equivalen a un 42.9% según la publicación de la dirección nacional de presupuesto; el segundo renglón es el de los Servicios Económicos el 19.9% (Energía, Vialidad, agropecuaria, transporte, caza, pesca, selvicultura, etc.) e Intereses de la deuda con un 15.5%.

En la actualidad se dedica el 77.3% del presupuesto nacional a cubrir los intereses de la deuda pública, los servicios económicos y los servicios sociales, que son los renglones más importantes del presupuesto nacional, sin embargo quedan sin resolver el problema energético, la delincuencia, la alta tasa de desempleo y alto nivel de pobreza prevaleciente. Aparentemente por más esfuerzos que ha hecho este gobierno en convertir en presupuesto nacional en gasto de calidad, es una tarea pendiente.

Aparentemente la fiebre no está en la sábana, en realidad está en el cuerpo. Por más esfuerzos que ha hecho el Presidente no se ha podido eliminar del “cuerpo público” el flagelo del populismo, el amiguismo y el paternalismo, que tanto  daño ha hecho al erario público y que en la mayoría de los casos lo que se hace es, que se  crean  grupos alrededor de las instituciones y esos grupos  se reparten intereses con componendas que terminan en actos de corrupción.

Se está pasando el tiempo y los sueños que tiene el pueblo dominicano de hacerlo realidad bajo el mandato del presidente Danilo medina se está acabando, sin  entender algunos funcionarios que el jueguito de: “María Ramos,  que tira la piedra y esconde las manos,”  es trampa del pasado. La sociedad tiene el ojo puesto sobre esos ciudadanos que no ven más allá de sus narices, que manejan las instituciones como si sus activos fueran de su  propiedad.

Es tiempo de que el país dependa de las leyes y las instituciones. Que se conozcan las reglas de juego establecidas por la constitución y las leyes y una vez aprendidas estas, sean cumplidas al pie de las letras. Es tiempo que haya respeto a lo instituido, que se rescaten los valores y se respete la dignidad de las personas, porque vamos hacia el camino del caos; transcurre el tiempo y no ocurren las grandes transformaciones que necesita el país.

Ahora es el momento de cerrarle el paso a los corruptos y corruptores. Cerrarle el paso al flagelo de la corrupción administrativa para garantizar que haya más empleo, menos pobreza, menos delincuencia, más educación, menos inflación, menos chantaje y si, más controles de los recursos del presupuesto nacional, que son de todos los dominicanos.

¿Dónde se han ido los hijos de Don Juan Bosch? Parece que están cansados. Parece que olvidaron las viejas cátedras de antaño profesor.  Algunos estarán asustados y horrorizados por la senda perdida de esta generación,  sin punto y coma, sin paréntesis, sin  diéresis y sin punto final. Desvarían embriagados en sus sueños de señores y vasallos. ¡Que Dios los perdones!; si acaso no creen en él.

Hay que buscar mayor equidad en el pago de los impuestos entre los ciudadanos y empresarios; hay que mejorar las condiciones de vida de los trabajadores dotándolos de  mayores ingresos, mayor protección social; hay que mejorar los servicios de salud, proteger a la gente, educar a la gente, promover la producción de empleo productivo.

A pesar de que se han creado más de 100 mil empleos por año todavía no son suficientes para garantizar participación a nuestra juventud.