Turismo ha crecido desde Joaquín Balaguer hasta Luís Abinader por respeto de gobiernos a continuidad del Estado construyendo infraestructuras y estimulando inversión privada
PUERTO PLATA.-La clave para el crecimiento sostenible del turismo ha sido el hecho de que los gobiernos que han pasado por el poder han respetado la continuidad del Estado en la industria del ocio y la hospitalidad.
Desde que Joaquín Balaguer logró que la industria turística fuera declarada de interés prioritario para el país, los gobiernos que le siguieron, unos más, otros menos, se han alineado con ese criterio y ahí están los resultados.
Esta actitud mantenida durante más de medio siglo ha hecho posible un crecimiento continuo del turismo, facilitando que pasáramos de la frase burlona: Y los turistas dónde están? en la cabeza de Miolán”, a más de 7 millones de vacacionistas foráneos.
A pesar del importante aporte del sector público, el sector privado debe mantenerse vigilante permanentemente para que se adopten medidas y se aprueban normas que contribuyan a que el país se mantenga competitivo en todos los aspectos en el ámbito turístico.
La clave del éxito turístico, o su fracaso, dicen Charles Kaiser Jr. Y Larry E. Helber en su obra “Turismo: Planeación y Desarrollo”, “yace en el reconocimiento de la existencia del poder para hacer que ocurran las cosas y la necesidad de una acción planeada, concertada y controlada”.
Kaiser Jr. Y Helber señalan que “donde se reconoce esta autoridad y se ejerce con el debido cuidado, el turismo florece y disfruta de una prosperidad continuada”. Advierten que “que el verdadero peligro consiste en la falta de reconocimiento. El cual resulta de la falta de visión o en la administración equivocada de los recursos disponibles”.
Sugieren que los empresarios turísticos tienen que mantenerse vigilantes y contribuir a que producto de una elección surja una nueva administración que cambie la política y trate de volver a la situación previa, porque esto se puede traducir en un cambio crítico.
En ese sentido, recuerdan que el cambio dramático se produjo en el caso de Cuba, que antes de 1958 era el principal destino turístico para el turismo del Caribe, pero todo se vino al piso cuando de un día para otro clausuraron las facilidades turísticas en su totalidad.
Otro impacto menor, pero también dramático, se produjo con la cancelación masiva experimentada en los servicios turísticos de Méjico, después que éste país votó en las Naciones Unidas a favor de una resolución que igualaba el sionismo con el racismo.
Destacan Charles Kaiser Jr. Y Larry E. Helber que “el turismo decayó de manera notable e inmediata y que cuando esto acontece se requiere de mucho esfuerzo y reparación de cercados para superar el impacto sobre el turismo de una decisión política tomada con otras consideraciones en mente, si es que en efecto puede llegarse alguna vez a eliminarlo por completo”.
Asimismo, concluyen su enfoque afirmando que “el nacionalismo tuvo un impacto adverso en otros países del Caribe. Los crueles atentados contra los turistas en los complejos lujosos de capos de golf no son la manera adecuada de incrementar el atractivo de los mismos. Tampoco atraen a los turistas el crimen y la pobreza”.